EL ANÁLISIS DE CONTENIDO. REVISIÓN A PARTIR DE UN ESTUDIO DE CASO Esteban Zunino Reseña (y consideraciones) Por: Luis Felipe Navarrete Echeverría

Este trabajo Zunino presenta una caracterización de la metodología Análisis de Contenido, precisando los aspectos sistemáticos de su desarrollo, a partir de puntualizaciones retomadas del trabajo titulado “La cobertura mediática del conflicto campo-gobierno de 2008 en la prensa gráfica Argentina. Un estudio comparativo de la relevancia noticiosa del proceso de implementación de la Resolución Nº 125/8 en los diarios  Clarín y Pagina/12” , proceso desde el cual busca contribuir al conocimiento y aplicación de esta metodología al campo de las ciencias de la comunicación, reconociendo la vitalidad de este enfoque metodológico y su creciente notoriedad en el análisis de medios.   

De entrada se advierte la importancia de no confundir el análisis de contenido con el análisis del discurso (Zunino, 2015: p. 110) en tanto este último está incluido dentro de un enfoque cualitativo y apunta al ejercicio de desvelar elementos ideológicos en los entramados ocultos de los discursos. Por su parte, el análisis de contenido se incluye dentro de un enfoque cuantitativo y tiene como objetivo “descubrir el ADN de los mensajes mediáticos  (…),  reconstruir  su  arquitectura,  conocer  su  estructura,  sus componentes  básicos  y  el  funcionamiento  de  los  mismos”  (Igartua,  2006:181. Citado en: Zunino, 2015:114)

En términos generales, si bien se demarcan consideraciones que problematizan su nivel de objetividad, se remarca la necesidad de generar operaciones que garanticen su fiabilidad y su veracidad, aspectos que dependen del rigor y coherencia establecidas desde la problematización, el planteamiento de los objetivos (medibles empíricamente), los antecedentes y un marco teórico que soporten su desarrollo y ejecución.

Desde la problematización se determinan los puntos de observación (vinculados a la necesidad del establecimiento de categorías para el estudio), así como la precisión de las unidades de análisis.   A partir de este apartado, pueden establecerse los objetivos.

OBJETIVOS

El objetivo general debe ser alcanzable, demostrable y formulado de manera clara y precisa.  En el estudio retomado, el objetivo general fue “analizar la relevancia  informativa  que  adquirió  el  conflicto  en  torno  a  la  implementación  de  la  Resolución Nº 125/08” (Zunino, 2014: 3. En: Zunino 2015:112). En este planeamiento queda clara la categoría que dictamina el trazado de la metodología: con relevancia informativa se conduce a elementos de la agenda setting y la teoría del framing, lo cual permite situar la investigación dentro de un paradigma disciplinar.  A partir de aquí, se formulan los objetivos específicos, que representan  metas que permiten el cumplimiento del objetivo general; para el estudio en mención, los objetivos específicos concretaban labores cuantitativas, encaminadas a establecer la cantidad de notas en relación a la cobertura y la jerarquía temática, finalidades que concretan el estudio de las frecuencias de publicación y visibilidad mediática.

HIPOTESIS

Las hipótesis son definidas como “una proposición deducida teóricamente que postula un modelo de relación entre variables” (Sautu, 2005:10. En: Zunino, 2015:113). Estas se plantean como lecturas del fenómeno que pueden derivar de la revisión de los antecedentes.

ANTECEDENTES (o Estado de la Cuestión)

La revisión de investigaciones alrededor de la temática, permite identificar conclusiones que sirven como apoyo (y referencia para el planteamiento de hipótesis), así como los vacíos o puntos abiertos, por lo cuales se pueden enrutar las nuevas investigaciones. Cuando el material es escaso (aspecto determinado por la revisión bibliográfica) se recomienda el planteamiento de trabajos exploratorios.

CONSIDERACIONES GENERALES

Zunino remarca la relevancia que el análisis de contenido representa para los estudios en el campo de la comunicación, ubicando su uso inicial en 1930 con el surgimiento y proliferación de las Escuelas de Periodismo en Norteamérica (2015:114).

Desde esta ruta metodológica (que se insiste, conecta directamente con el componente teórico) se fijan (inicialmente) 3 características (Krippendorf, 1990. En Zunino, 2015:115): la primera se remite a su carácter sistemático, característica principal, resalta el diseño de protocolos que permiten que las reglas y las herramientas puedan ser replicadas por la comunidad científica (aspecto que demarca el valor del diseño de las herramientas).  La segunda a su enfoque cuantitativo (que no por esto omite elementos cualitativos que refuercen el trabajo) y por último su objetividad. Este último criterio ha sido problematizado, pero busca solidificarse desde acciones rigurosas de intersubjetividad, como mecanismo de validación y entenderse mejor a partir de entender los textos como estructuras que pueden ser “estudiados científicamente”.

Para el diseño, se recomienda partir de un marco conceptual de análisis de contenido, seguido por la población, luego la muestra, para pasar al diseño del codebook (libro de códigos) herramienta desde la cual se operativizan las variables.  Luego de la sistematización y análisis de los resultados se culmina con la presentación de las conclusiones.

En este trabajo, siguiendo a Krippendorf, se distinguen variaciones de las unidades de análisis: unidades de contexto, que permiten la interpretación (en el trabajo expuesto, se establecen como unidades contextuales los medios a analizar, lo cual requiere justificar por qué se seleccionan éstos), están también las unidades de análisis que conllevan a determinar –y justificar- el tiempo-periodo de observación o delimitación temporal de la muestra   (2015:117).

El concepto utilizado para el estudio referenciado en el artículo es el de hueco informativo (Zunino, 2015: 119) que está encaminado a determinar es espacio que se le da a las noticias referidas al tema (siguiendo la idea de McCombs) y que permite determinar su visibilidad y su frecuencia. Para esto se revisaron las portadas de los diarios seleccionados, así como las noticias internas.  Realizado este proceso, se pasó a la sistematización materializada en el codebook donde se implementaron variables sobre los contenidos, que permitían clasificarlos de manera precisa, evitando ambigüedades; las variables fueron valoraciones positivas, valoraciones negativas y valoraciones indefinidas (p. 123). Luego de esta sistematización procede la interpretación del investigador, proceso que, concretado en el establecimiento de las conclusiones, debe estar articulado con los objetivos establecidos. El alcance descriptivo-interpretativo del análisis de contenido, hace que esta ruta metodológica, soportada en los argumentos teóricos y el diseño procedimental expuesto, represente una herramienta de relevante alcance para los estudios de la comunicación en la tarea de abordar componentes vitales de las estructuras textuales.