Metáforas – Juan Carlos Torres

Parte 1: Ensayo

Lakoff y Johnson (2001), proponen una clasificación amplia y profunda de las metáforas y el rol que estas cumplen para la organización de lo social y, de alguna forma, la inserción dentro de ese mundo simbólico que nos permite integrarnos a la sociedad y crear una identidad propia. Es decir, cuando somos capaces de entender a qué se refiere alguien que dice Regálame un momento y de esa forma pueda saber cuáles son las acciones que se producen a partir de dicha solicitud. Zizek en La guía perversa del cine propone, precisamente que las sociedades crean complejos entramados simbólicos que todo individuo debe entender para poder insertarse en ella. Cuando no podemos entender cómo nuestras acciones deben responder a determinadas cuestiones metafóricas, entonces puede pasar que como sujetos seamos considerados perversos o enfermos. La función entonces de las metáforas es también poner en juego las condiciones dentro de las cuales debe insertarse un individuo si quiere ser aceptado por la sociedad.

Los autores clasifican algunas metáforas dentro de estas funcionalidades y con ello demuestran que la creación de sentido de un individuo sobre los fenómenos de su entorno, sean abstractos o prácticos, no es un proceso racional y objetivo que siempre es igual y funciona de la misma manera en todos los seres humanos. Todo lo contrario, es un aprendizaje que se produce socialmente y que luego nos convencen que es universal, verdadero y objetivo. El análisis crítico del discurso, justamente, cuestiona la forma en que muchos de nuestros aprendizajes nos son enseñados y luego nos hacen creer que son conclusiones racionales a las que siempre hay que llegar. Lo interesante aquí es que, si bien las metáforas son una forma en la que se imponen ese tipo de discursos y formas de organización del mundo, son también ellas una posibilidad de resignificación de las realidades para dar paso a otras formas de pensamiento. Por ejemplo, frente a la viralización en el mundo de la idea de la “comida rápida” se impuso una forma de alimentarse, de producción, de dinámicas sociales al rededor de la comida e incluso una forma de hacer publicidad. Por ello, no podría tener otro nombre sino el de Slow food la propuesta para cambiar esos hábitos de vida que tanto daño han hecho a muchas personas. Con el uso de una metáfora antónima a la metáfora anterior se propone una serie de cambios en la vida que implican incluso cambios económicos, éticos y políticos. Slow food es un ejercicio de resistencia a la producción masiva y la vida de la productividad.

Ahora bien, si pensamos en el uso de metáforas ligado al uso de símbolos, incluso a algunos símbolos como metáforas de tipo visual, entonces podemos pensar que no solo el discurso organiza esa realidad, ni crea esa sociedad a la que hay que incluirse, sino también lo visual, sonoro, gustativo, publicitario implican metáforas que valdría la pena analizar desde el punto de vista que proponen los autores. Así, el emoji de un corazón en un comentario ¿podría considerarse una metáfora que está moldeando la realidad? ¿Las reacciones en Facebook (me gusta, me encanta, etc.) serían usos cotidianos de metáforas que, además, al acompañar de manera masiva una publicación definen unas formas de pensamiento como primordiales por sobre otras? Sin embargo, en este punto creo que es importante pensar con detenimiento la diferencia entre una metáfora y los diferentes elementos que componen un signo. Por ejemplo, para usar la categoría que los autores proponen sobre una discusión como una guerra, supongamos que un sujeto que está en un debate al terminar mira a su “oponente” y ponen sus dedos en forma de una pistola, le apunta y luego sopla su dedo como es típico en las películas ¿Ese gesto es una metáfora, un signo o las dos cosas? Desde nuestro punto de vista son la misma cosa, pero eso no quiere decir que todas las imágenes, tampoco todos los signos o todos los gestos son metáforas.

Deleuze en su libro Estudios sobre cine I: la imagen-movimiento (1987) discute este asunto y propone que el único dato inmediato de la imagen cinematográfica es el movimiento y este en sí mismo no lleva al pensamiento, el pensamiento es algo que necesariamente debe implicar una acción que no es inmediata, es decir, que no es simplemente una reacción. De esa forma, la propuesta de Sergei Ensestein de crear un autómata a partir del cine (un pensamiento que se insertara en las personas sin ninguna intervención del individuo, sino de manera automática), solo sería posible a partir del montaje, la unión de, al menos, dos imágenes. Para Deleuze, entonces, una metáfora aparece cuando el montaje es usado para ello y una imagen se yuxtapone con otra en paralelo que la redefine. En Taxi Driver (Scorsese, 1976) el protagonista de toma un alkazetser y observa con detenimiento las burbujas y su efervescencia, la cámara, además, hace un acercamiento al vaso y entendemos que eso representa las emociones del protagonista. Claro, no es suficiente con la imagen, sino que hay que conocer un poco más la historia. En Fuga de Alcatraz (Don Siegel, 1976) el Alcaide de la cárcel habla del control sobre los presos mientras juega con un pájaro enjaulado, de forma que el ave se convierte en una metáfora de los presos de esa prisión y las acciones del hombre en un ejercicio de lo que hace como director del centro. Finalmente, en Naked Gun 2 1/2 (David Zucker, 1991) los protagonistas empiezan a hacer el amor y esto está acompañado de una serie de imágenes que representan el placer femenino, la erección y el orgasmo tanto de él como de ella (una flor que se abre, una grupo de egipcios levantan un obelisco, un poso de petróleo empieza a expulsar el líquido, unos juegos pirotécnicos se ven en el cielo).

Es decir, una metáfora no es una metáfora sino está acompañada de un entramado simbólico que le permite sustituir los elementos de un tema o pensamiento y por las característica de otro elemento o situación que ahora la representan. Las imágenes sí pueden ser metáforas, pero no todas lo son, por lo tanto, sería interesante investigar cuáles de las clasificaciones metafóricas que proponen Lakoff y Johnson (2001) podrían traducirse en ejercicios visuales que los complementen y reafirmen el poder en la cotidianidad de esas imágenes.

Parte 2: Análisis de discurso en Twitter

Elegí este tuit porque fue compartido por María Fernanda Cabal. El hecho de compartirlo la identifica con este discurso. Vanessa Vallejo es algo así como una periodista/influencer y se denomina como podcaster. Cuenta con 118100 seguidores que se podrían sumar a los 254700 de María Fernanda Cabal, seguramente, muchos de ellos podrán ser compartidos, por lo que no sería sencillo establecer el total.  

Para mí la ide a de “un día como hoy” que resume el concepto de “en esta fecha hace X años” representa una metáfora que se ha vuelto muy común en la cual se ponen en contexto hechos históricos que han marcado aspectos de la realidad política. Por eso y por establecer una clara diferenciación entre “la izquierda” (Ellos) y lo que, aunque oculto, se puede suponer “la derecha” (nosotros).

Hay una clara referencia a dos discursos políticos, los cuales se disputan el campo político latinoamericano, en este caso, la izquierda y la derecha, el comunismo y el capitalismo. En ese orden de ideas, se establece que desde la postura de derecha El ché Guevara es un asesino, que, además, acentúa al poner en mayúsculas. Mientras que la idea de héroe romántico se deja en minúscula. El concepto de Héroe Romántico es una metáfora que busca exagerar el discurso sobre el ché y, además, ridiculizar la idea.

El concepto de mito también es matafórico, ya que en términos literarios e ideológicos no lo representaría. De nuevo pone una palabra en mayúscula, en este caso Sanguinario, que, si se leen juntas, está estableciendo la opinión que se quiere promover sobre él ASESINO SANGUINARIO.

El hecho de que María Fernanda Cabal lo comparta, la pone a ella como un orador oculto que replica otra voz, pero cuyas ideas están también representadas allí. Es decir, María Fernanda Cabal sería parte del “nosotros” de la derecha colombiana.

Luego, la cita del Ché, también usa una metáfora, mucho más clara como tal y que, a su vez, por el orden del discurso, la autora genera una asociación que se podría leer como: “todo revolucionario de izquierda es una fría máquina de matar, un ASESINO SANGUINARIO”. Por contraposición, se podría suponer que la derecha es la salvación de ello, los encargados de evitar que pase y, por lo tanto, sí representan el verdadero Heroísmo.  

Análisis crítico del discurso y Análisis de contenido

El semestre anterior para la asignatura Métodos Avanzados 1, hice un ejercicio de análisis de redes en el cual apliqué un Análisis de Contenido a las publicaciones de Facebook realizadas por los habitantes de La Mesa de Los Santos en Santander. En el ejercicio fue posible encontrar muchos elementos interesantes sobre las formas en que las personas interactúan, cómo responden entre ellos y las diferentes maneras que encuentran para relacionarse con las diferentes publicaciones. Por ejemplo, frente a publicaciones que apelaban al sentimiento de pertenencia, las personas respondían con stickers, emojis e incluso otras imágenes. En el análisis realizado fue posible encontrar que la expresión de emojis relacionados con sentimientos se hacían con mayor frecuencia cuando la publicación apelaba a elementos abstractos. En algunas ocasiones, también se evidenció que algunas personas interactuaban mucho en las publicaciones, pero lo hacían a través de “me gusta”, “me enoja” o “me enfada” y no ponían publicaciones, ni comentarios de ningún tipo. Esto no implica que no fuese posible entender la manera en la que interactuaban, por el contrario, era posible hacer un seguimiento de las emociones y de la postura que asumían a partir de ellas al estar de acuerdo con una o con otra opinión.

Figura 1

Publicación con mezcla de narrativas


Comentario publicación I001
“De los santos Santander”

Para el análisis de las publicaciones se les otorgó un código a cada una que correspondía al tipo de publicación que representaba:

Tabla 1

Categorías analizadas y número de reacciones

Esta primera clasificación de las publicaciones permitió separar las reacciones que se producen en cada una de ellas y establecer una relación entre el contenido de la publicación y las reacciones o comentarios que allí se presentan. Es interesante ver cómo las personas, cada vez con más frecuencia, mezclan diferentes formas de narración para comentar (comentarios escritos, emojis, videos, imágenes, stickers). De esa manera, se dificulta el análisis del discurso y se vuelve necesario complementarlo con otras formas de análisis. Lo que se hizo para poder realizar el análisis fue describir dichas imágenes, de tal forma que fuese posible luego usar herramientas de conteo de palabras para clasificarlos.

“Tan bella + emoticón de una cara enviando un beso + ,,,,El Señor Jesús y Nuestra Bella y Tierna Mamá + emoticón de una flor rosada + la protejan,,, Bendiciones,,, + emoticón de unas manos en señal de oración, emoticón de una cara con aureola de ángel, emoticón de un corazón vibrando, emoticón de unas copas brindando + sticker de pingüino con moño y tutu rosa bailando” (Descripción de uno de los comentarios)

Claramente la descripción es un poco compleja y era importante siempre describir las imágenes son las mismas palabras para que al usar los programas de conteo de palabras fuese posible encontrar coincidencias. Sin embargo, una vez realizado este análisis, para poder profundizar en las formas de representación de los usuarios, sería necesario aplicar un análisis del discurso que ayude a encontrar relaciones entre el uso de las imágenes. Por ejemplo, en la figura 1 hay una mezcla de narrativas que se vuelven difíciles de entender, por lo que podría ser fácil pensarlas como una publicación incoherente y con falta de sentido, sin embargo, no lo es, son apropiaciones del lenguaje de los medios que hacen los usuarios para tratar de exponer ideas complejas que, quizá, con palabra no es posible. En ese orden de ideas, la combinación de formas de comunicación narrativa en la que se mezclan diferentes tipos de lenguaje y además diferentes tipos de formatos, difícilmente pueden ser entendidas solo con un modelo de análisis. Cada vez los lenguajes son más diversos y, con ellos, deben serlo también las formas de análisis. En el caso de los análisis críticos del discurso, estos requieren formas de decodificación de otros lenguajes que en el análisis de contenido encuentran una rica forma de interpretación.

En el siguiente enlace es posible encontrar otros de los análisis realizados:

https://livejaverianaedu.sharepoint.com/sites/AnlisisMesaDeLosSantos

SEDUCCIÓN – Por Juan Carlos Torres L.

La siguiente historia está basada en hechos reales, cualquier parecido con la ficción es pura coincidencia. Los nombres originales se preservaron por respeto a la memoria de las víctimas y de los sobrevivientes.

 Adrián estaba sentado frente al tablero mirándolo fijamente, aunque en realidad no lo veía. Sus pensamientos repasaban una y otra vez la forma en que había aceptado entrar a esa maestría ¿qué hacía un ingeniero químico tratando de entender la economía? En fin, por qué no, después de todo era un tipo bastante inteligente. Eran apenas las primeras clases, pero ya se sentía lo suficientemente confundido, nada parecía interesarle. Ese día se incorporaba un profesor nuevo, todos lo esperaban con muchas expectativas por sus amplias credenciales. A Adrián no le importaba, en últimas era solo otro economista que lo confundiría.

El profesor llegó tarde, era más joven de lo que pensaba y pronto sus ejemplos captaron su interés. Pero eso no fue lo mejor de ese día. Unos minutos después la puerta se abrió con timidez y despacio, como quién hace una picardía entró la chica más bella que Adrián jamás había visto, la luz del sol a su espalda la hacía parecer una ilusión, su cabello rojo y largo se movían en cámara lenta y una sonrisa amplia, con mucha nobleza resaltaban los rasgos delicados de su rostro.

-Qué ojos tan bellos -Pensó Adrián- eran negros y profundos, misteriosos, pero fascinantes.

La chica se sentó junto a Adrián, los demás no le dieron mucha importancia, parece que no era tan bella en realidad, pero Adrián no podía dejar de verla.

-Hola Adrián -Dijo en un momento.

Adrián se quedó sorprendido, no sabía cómo responder ese saludo. Lo único que pudo hacer tímidamente fue balbucear un poco, pero no dijo nada más para no interrumpir la clase. En su cabeza las ideas se entrecruzaban, se golpeaban entre sí, ya no prestó más atención a la clase, algunas cosas escuchaba, ideas sueltas, pero ¿de dónde lo conocía esa chica?, ¿era economista o ingeniera? ¿se habrían visto en la facultad?, pero, sabía su nombre, ¿cómo podía saber su nombre si solo lo había visto? Nunca fue famoso en la facultad o en el programa, así que no era muy conocido. No podía evitar sentir vergüenza por no recordarla, tampoco sabía cómo hablarle, cómo abordarla.

El profesor anunció que tomarían un descanso y la ansiedad se apoderó de él, obviamente estaba obligado a hacer algo, acercarse de alguna manera. Salió antes que todos para ir al baño, cuando volvió ella estaba ahí parada, como esperándolo. Adrián se acercó, solo se paró junto a ella y ella sonrió como respuesta.

-Disculpa, no sé tu nombre – se atrevió a decir Adrián.

-No pasa nada – dijo ella- Me puedo llamar como tú prefieras.

Adrián sonrió.

-Estefanía, me suena que te llamas así -Respondió tratando de entrar en el juego.

Ella se giró y extendió su mano.

-Mucho gusto, Estefanía.

Adrián tomó su mano y la apretó en una combinación de firmeza y delicadeza a la vez, no quería soltarla, no podía soltarla.

La relación creció más rápido de lo que esperaban. Compartían mucho tiempo juntos, pasaban las noches en vela. Adrián la hacía ir a escondidas a su habitación. No había hablado de ella con nadie, pero eso no impedía que ya hubiera hecho muchos planes en su cabeza, sin duda ella le cambiaría la vida. Se imaginaba teniendo una familia, trabajando como economista, pensaba que quizá podría hacer también un doctorado con ella, en el exterior, en un lugar lejano, después de todo su belleza no era propia de este país. Todo era mágico, pero claro, solo habían pasado unos cuantos meses.

En clase, un día, de la nada, el profesor hizo un comentario.

-Veo que encontraste el amor de tu vida- Algo así, no estaba prestando mucha atención por estar hablando con Estefanía.

Los compañeros se rieron, todos lo habían notado.

  • ¿Por qué no nos cuentas cómo van? – agregó el profesor.

Le parecía muy raro hablar de ello frente a todos. Pero se atrevió a contarles sobre los dos. Estefanía solo lo miraba fijamente y sonreía. De repente todos empezaron a hacerle recomendaciones, cómo debería ser la relación, la manera de que creciera, le hacían advertencias, muchas cosas que lo incomodaban mucho. Adrián miraba a Estefanía y ahora su sonrisa de picardía parecía de maldad, muchas malas sensaciones le pasaron por el cuerpo.

Y así fue, las advertencias empezaron a volverse problemáticas. Una vez decidió hablarle a sus amigos y familia sobre ella, todos seguían diciendo cosas incómodas. Las dudas se apoderaron de su cabeza, ¿podría ser que Estefanía no fuese lo que él pensaba? Empezó a sentir que su relación no avanzaba, las noches en vela junto a ella ya no eran tan agradables. Ya no tenía claro de dónde había salido, ¿por qué se sabía su nombre? Se había hecho demasiadas ilusiones, había hecho muchas promesas, ella respondía a todo que sí, pero luego se resistía. Estefanía desaparecía por unos días, no iba a clase y tampoco lo visitaba en casa. Adrián no la buscaba, sabía que era lo que debía hacer, pero se resistía. Por momentos quiso que desapareciera. La amaba, era lo que él quería para su vida, pero en ocasiones hubiese preferido que no existiera, ¿por qué decía eso? Se sentía mal solo al pensarlo.

En una clase supo que su profesor había conocido a su pareja en la maestría y que había seguido trabajando con ella en todo lo que hacía, por lo que pensó que era buena idea hablar de lo que estaba pasando con él. Sin embargo, el profesor lo llenó de más dudas.

  • ¿De dónde había salido?, ¿A dónde pensaba llegar con ella?, ¿por qué tantas incoherencias?

La charla con el profesor solo sirvió para confundirlo más. Una noche estaba pensando en ella mientras miraba al techo. Llevaban casi dos meses sin verse, se supone que pasarían vacaciones juntos en la playa como lo hicieran ese primer semestre, pero nunca se vieron y ella tampoco fue a las primeras clases. Pero esa noche, esa noche entró por la ventana, como aquellas otras noches cuando nadie sabía de ella. Adrián sintió una felicidad profunda en su pecho, la amaba y no podía negarlo. Una sonrisa grande se dibujó en su rostro. Estaba tan bella como la primera vez que la vio, pero había algo diferente, algo había cambiado. Las cosas ahora serían mejores, Adrián estaba seguro de ello.

Pasaron la noche juntos, como antes. Se entendieron mejor que nunca, todas las ilusiones volvieron y con ella la felicidad que le producía. Pero no por mucho.

Estefanía se volvió agresiva, lo empezó a hacer sentir inseguro. Era tan profunda y tan inteligente que parecía que Adrián no la merecía, que nunca podría entenderla. Con o sin ella, Adrián no dormía. La relación se volvió a estancar, ahora eran agresivos el uno con el otro, los sueño juntos parecían pesadillas. En clase lo seguían presionando, el profesor ya no quiso darle más consejos y Adrián ya tampoco iba a clase. Le faltaba tan poco, solo unos cuantos meses, pero no pudo más. En una noche terrible, en una discusión estruendosa que nadie escuchó Adrián la sacó por la ventana, por el mismo lugar por el que había vuelto. Nunca la volvió a ver, nunca terminó la maestría tampoco, volver a clase implicaba pensar en ella.

Adrián no imaginó ser parte de una relación tóxica, pero qué esperaba, él era ingeniero químico y nadie nunca le enseñó cómo tener un amor tan profundo con una economista.

Taller de codificado – Juan Carlos Torres L.

Debo decir que es un ejercicio muy interesante el de usar Taguette. Si bien ya había leído los dos textos que trabajé, el hecho de codificar implica prestar especial atención a lo que se está leyendo en función de saber si cada parte aplica a un código o a otro, encontrando de manera frecuente que el mismo texto va mostrando elementos que no encajan con ninguno de los códigos establecidos, por lo que es necesario crear uno nuevo. Debo decir que no fue tan productiva la elección de textos que hice, ya que una es una descripción muy técnica del paisaje, sin embargo, a pesar de ello no dejan de aparecer referencias a las difíciles condiciones que tienen que vivir las personas rurales en nuestro país, aquellas que podríamos considerar como violencia estructural.

Este ejercicio de codificación ayuda a evidenciar o ratifica una idea que ya había venido trabajando, ninguna migración de una persona rural es completamente voluntaria y siempre está impulsada por diferentes formas de violencia que se ejercen contra él, además, que dicha migración, cuanto menos voluntaria sea, mayor es su efecto sobre la capacidad de agencia que puede tener una persona rural, quitándoles, con ello, sus capacidades para satisfacer sus propias necesidades.

Adicionalmente, fue posible evidenciar, sobre todo en los pocos testimonios que tienen los textos, que la migración, memoria, territorio e identidad están estrechamente ligados, pero, además, que hay un componente sensorial en cada uno de ellos, que, por ejemplo, en la idea de paraíso se puede ver con mayor claridad, pues la forma de recordar el territorio propio es de esa manera y, además, los elementos que constituyen el paraíso son necesariamente sensoriales.

Tabla 1

Libro de códigos

Codificado – Juan Carlos Torres

Luego de leer el texto de Saldana (2016) es difícil mencionar una ventaja que no haya dicho el autor o una desventaja que no haya desmentido. En primer lugar, las ventajas pasan por considerar la codificación un ejercicio flexible que depende del autor que haga la codificación y no un proceso mecánico y objetivo del cual se desprendan verdades. Los autores en los textos son bastante claros en considerar que el proceso, al depender en muchos momentos del criterio del investigador, da como resultado, más bien, su lectura del fenómeno, la cual no es superficial por ser relativa a él, por el contrario, es profunda, compleja y completa si el proceso se hace con rigor. Con esto, no se pone entonces en entredicho la validez de los ejercicios de análisis, sino que se abre la posibilidad de considerarlos perfectibles, o reescribibles, si es que esa palabra pueda ser la más adecuada. Reinterpretar es reorganizar o modificar la mirada, pero no invalidar lo anterior. Contrario a lo que se piensa, cuando la codificación se hace desde ese punto de vista, entonces nos referimos más bien a un ejercicio profundo, lleno de posibilidades que ayuda a analizar la información desde varias perspectivas y a cuestionar, incluso, los posibles prejuicios que acompañan al investigador antes de enfrentarse a los datos. Además, al ser pensado como un proceso “artesanal”, como lo define Saldana, entonces debemos suponer la importancia que tiene el aporte realizado por el investigador desde su creatividad, desde su capacidad para ver lo datos con otro punto de vista. Los datos, entonces, son como la arcilla, que puede tomar muchas formas, las cuales depende de los preconceptos que tenga el autor. A esto Deleuze (1987) lo llamaría “montaje” como aquel que se encarga de darle forma y materialidad al plano de inmanencia que no es más que una idea que pasa de ser virtual para volverse actual. Así, lo datos son ese virtual que se actualiza (o concretiza) en el momento en el que se codifican.

La desventaja que podría ver no está en el ejercicio de codificación en sí, sino en su necesidad de hacerlo confiable. Cuando se habla de la confiabilidad de la codificación aparece la idea de un segundo investigador y de la variabilidad en el tiempo de los análisis que haga el primero. En ese sentido, mientras menor sea la variación, tanto del ejercicio de un investigador a otro como de los análisis de un mismo investigador en diferentes momentos, mayor es la confiabilidad del ejercicio. Así, da la impresión de que las codificaciones, sujetas por la confiabilidad, no pueden cambiar de manera significativa en poco tiempo o de un sujeto a otro, por lo que parece que cambiar de perspectiva, de formas de pensamiento o de aproximaciones a los datos, no es una tarea sencilla o fácil de concebir. Desde mi punto de vista, la confiabilidad condiciona esa variabilidad que se muestra como una ventaja de la codificación, ya que el investigador, en aras de la confiabilidad, no podrá introducir o hacer relecturas significativas. En ese orden de ideas, podría ser normal que un investigador termine codificando bajo determinados prejuicios o con presiones concretas que vienen de las tradiciones investigativas y teóricas que surgen, seguramente, de las revisiones que haga del Estado del arte, incluso de los puntos de vista o los análisis que tienen mayor protagonismo en los eventos académicos y las publicaciones mejor ranqueadas. Los criterios de confiabilidad, entonces, deberían reconsiderarse.

Por otro lado, mis ejercicios específicos de investigación, tanto el de este semestre como el de la tesis, requieren de una codificación y categorización muy claras. Si bien lo que busco es una forma diferente de analizar la migración que no caiga en los estudios demográficos tradicionales, si hay algo que es evidente, y es que la tradición de esos estudios ha permitido crear unos parámetros muy sólidos para el análisis a los cuales parece necesario recurrir. No se trata de volver a hacerlos, sino de pensar esas mismas categorías en otros contextos. Por ejemplo, la idea de tensiones migratorias, pero vistas en el cuerpo, no en datos demográficos; el concepto de identidad, ya no expresada en lo que se dice de sí mismo, sino en la relación con el territorio a través de lo sensorial; el desprendimiento de su territorio influido por factores externos, ahora pensado en la manera en que ello se refleja en acciones específicas, no en palabras. En mi caso particular, considero que la codificación es necesaria, pero esta debe cambiar para hacerse más amplia y permitir incluir en ellas otros datos, de naturalezas diferentes. Lo que se vuelve un poco complejo, es la manera en que esos datos pueden crear patrones o la manera de sistematizarlos para su análisis. Esto en los estudios tradicionales se conoce como estudio de variables, las cuales son datos cuantitativos que se cruzan, se solapan y se condicionan entre sí, por lo que el reto está en transformar eso cuantitativo en un lenguaje cualitativo y luego en una nueva y diferente codificación cualitativa.

Gloto-polito-fagia – Reseña Juan Carlos Torres Lizarazo

El texto Estudios del lenguaje desde una perspectiva glotopolítica de Juliana Angélica Molina Ríos es una reflexión que surge de sus estudios doctorales en los que analiza los “Ideologemas sobre los procesos de formación de excombatientes después de la firma del Acuerdo de Paz en Colombia” (Molina Ríos, 2019, P. 1). En el texto la autora hace un recorrido por los principales temas que definen la glotopolítica, de manera específica se centra en analizar dichas discusiones teóricas a partir de tres focos principales: las representaciones ideológicas del lenguaje, la función política de este último en algunos documentos oficiales y las políticas lingüísticas en documentos normativos.

En el primer foco la autora hace un recorrido teórico que explica la formación de los conceptos centrales para esta perspectiva. En ella hay una clara relación con los análisis del discurso, ya que relaciona conceptos como: indicialidad y normatividad. El primero refiere a el sentido que al lenguaje le da el discurso al enmarcarlo en relaciones contextuales específicas. El segundo se refiere a los aspectos sociales que determinan un “buen funcionamiento”, como una especie de etiqueta, del discurso o del lenguaje, según el cual algunas cosas, en determinados contextos, se pueden decir y otras no, de igual manera, la forma de decirlas también está definida por esa normatividad que, si bien no es explícita, se hace evidente cuando se analizan esas relaciones (Molina Ríos, 2019).

El primer foco determina al segundo, ya que esa relación contextual define unas relaciones de poder que, en últimas, se convierten en normas: “es a partir de estas relaciones de lengua-región-comunidad que otros países toman la decisión de cuáles idiomas adoptar o no, en sus políticas lingüísticas”, es decir, la indicialidad y la normatividad se vuelven identidad lingüística para lo intereses de las naciones. Según la lectura, da la impresión de que, antes de la normatividad política que establece el Estado, está la legitimidad académica que le da la academia. Por esa razón, el segundo foco habla de la manera en que la función política crea documentos como diccionarios, manuales y gramáticas de texto. Es interesante que la autora lo defina como función política, ya que no suelen pensarse de esa manera, sin embargo, lo que permite la glotopolítica es pensar que las relaciones del lenguaje que se manifiestan allí están determinadas por unas estructuras tanto sociales como estatales que las aprovechan: “las gramáticas son productos de procesos político-sociales que se instauran en los sistemas educativos y que implican procesos de larga duración, como se dio en la consolidación de los Estados” (Molina Ríos, 2019, P. 5). Sobre este punto regresaremos más adelante, ya que la relación de estos conceptos con la glotofagia se hace evidente, aunque la autora no lo mencione.

Finalmente, en el tercer enfoque hay una clara presencia del Estado a través de políticas que invisibilizan algunos lenguajes o privilegian otros, generan recursos y estrategias para el fortalecimiento ciertas normativas e indicilidades; de igual manera, influyen en procesos educativos en los que los currículos se basan y privilegian algunos elementos tecnológicos para formar lenguajes especializados (Arnoux citado por Molina Ríos, 2019). Para la autora es necesario que se creen políticas en las que se privilegie la relación con el otro, pues de allí es posible pensar en crear una identidad y ciudadanía suramericanas, aunque para nosotros pensarlo de esta forma puede llevar a la generación de actividades glotofágicas en las que terminen desapareciendo otras formas de lenguaje y, con ellas, forma de pensar el mundo.

Calvet (2005) hace un amplio estudio de las muchas formas en las que se relaciona el lenguaje con la política, desde las cuales crea relaciones coloniales que se van “comiendo” otros tipos de lenguaje, los invisibilizan, los desconocen y los desaparecen. Precisamente las diferentes formas de glotopolítica que Molina Ríos expone son los instrumentos a través de los cuales dicha glotofagia se produce. Desde las invisibles normas sociales hasta las políticas que oficializan una lengua nacional, hay una gran número de acciones y elementos en los cuales se va despedazando otras lenguas y, con ellas, lo más grave, que es la desaparición también de otras formas de pensamiento, es decir, otras ontologías. La propuesta de crear una identidad y ciudadanía suramericanas parece una necesidad de cara a resistir el colonialismo desde el norte global, pero también supone una amenaza a otras ontologías. Es decir, la forma de resistir a ese colonialismo parece crear puntos en común en los que se haga fuerte el pensamiento latinoamericano, pero ello puede implicar crear nuevas políticas que fortalezcan el español y que olviden lenguas nativas. ¿Cómo convertir la diversidad suramericana en nuestra identidad política? podría ser la pregunta que permita alcanzar esos ideales sin fortalecer comportamientos glotofágicos en los que se repita el colonialismo desde otras perspectivas. Aunque el texto de la autora es muy interesante como panorama teórico, se vuelve un poco extraño no incluir una discusión de la glotofagia que permita volverlo más reflexivo de sus propios riesgos.

Referencias

Calvet, Louis Jean. (2005). Trad. Luciano Padilla López. Lingüística y colonialismo. Breve tratado de glotofagia. Buenos aires: Fondo de Cultura Económica.

Molina Ríos, J. (2019). Estudios del lenguaje desde una perspectiva glotopolítica. Signo y pensamiento. Vol. 38 (74). Pp. 1-9.

Corpus y análisis del discurso – Juan Carlos Torres Lizarazo

A pesar el escepticismo que pueda generar para algunos, sobre todo aquellos que siguen siendo algo románticos de lo cualitativo, desde mi punto de vista abrazar los corpus como parte del análisis del discurso creo que es una muy acertada decisión, sobre todo si se quiere tener panoramas amplios de análisis en grandes cantidades de información. Claramente el análisis de corpus no podrá abarcar todo lo que se puede hacer manualmente, de hecho pensarlo de esa manera es un error. Sin embargo, sí crea mapas de trabajo que sirvan de panorama general desde el cual es posible ubicarse para dar inicio a un análisis más detallado. Además, permite comparaciones más rápidas y bastantes precisas entre diferentes tipos de datos, provenientes del mismo documento o de datos similares en documentos diferentes.

Con ese primer acercamiento el investigador puede ir en busca de lo que más le interesa con la certeza de haber realizado un acercamiento bastante objetivo. Por su puesto, no se trata de que sea un panorama verdadero, pero sí uno que responde a unos criterios establecidos de manera previa por el investigador como los indicados para hacer este tipo de análisis. Es decir, los corpus acompañan los intereses del investigador y lo impulsan a adentrarse en aquello que prefiera profundizar. Así como un electrocardiograma no le dirá el médico qué recomendar a su paciente, sino que dicho proceso siempre va a requerir de su análisis cualitativo, los corpus no establecerán todas las relaciones posibles de un discurso, estas requieren del diagnóstico preciso del investigador que, en últimas, debe ser cualitativo y basado en su propia experiencia. Este ejemplo se me antoja como lo más próximo a la forma en que se pueden complementar los corpus con el análisis del discurso. Sin el corpus, el investigador se ve obligado a elegir una sección sin el panorama completo o a abandonar por completo la posibilidad de trabajar con grandes cantidades de texto. En últimas siempre habrá limitantes para el análisis, pero con el corpus esos limitantes son establecidos de manera previa por el investigador y no son limitantes que el investigador recibe de sus capacidades de trabajo.

Cuando pienso en la relación de los corpus con mi tesis, debo volver sobre una respuesta que di en un post anterior. Mi acercamiento a la población parece implicar un tamizaje previo para el cual el volumen de la información se hace importante. Allí pensar en un corpus es una posibilidad real y, según los descubrimientos realizados en él, una aproximación cualitativa sea más factible. De hecho, para el trabajo final de esta clase he pensado realizar un taller con los jóvenes de colegios en La Mesa de Los Santos a partir del cual analizar sus discursos sobre el territorio y posibles pistas de las tensiones migratorias allí presentes, para ello, hacer una análisis del discurso sería la herramienta más apropiada y, dependiendo de la cantidad de información obtenida, es posible que las técnicas para análisis del corpus se vuelvan un elemento facilitador del análisis y generador de un panorama que no esté viendo al abordar la información con otras perspectivas.

Análisis mixtos – Juan Carlos Torres Lizarazo

El ejercicio de validación realizado por Shidur Rahman (2017) demuestra las posibilidades de conexión entre lo cualitativo y lo cuantitativo de una manera bastante clara. En su investigación se hace evidente la forma en que la única manera de establecer esa conexión es apelar a los criterios subjetivos que representan la experticia de quienes lo validan. Es decir, las categorías de evaluación con sus diferentes niveles en últimas corresponden a ese criterio de los expertos que nunca podrá tener precisión matemática, pero es un acto de confianza académica que posibilita el diálogo entre dos diferentes puntos de vista del mundo. Ahora bien, en ocasiones da la impresión de que los métodos mixtos son una resistencia a abandonar el paradigma positivista y a encontrar elementos de objetividad concretos que no sean solamente la interpretación de quien investiga. Sin embargo, más allá de eso, en el complejo horizonte de la información que puede obtenerse de una investigación, en muchos casos los investigadores podemos sentirnos desorientados sobre las categorías a partir de las cuales hacer una interpretación coherente y sólida. En ese punto es en donde la investigación cuantitativa adquiere mayor relevancia en los estudios mixtos.

Si tomo como ejemplo mi propia propuesta de investigación, uno de los aspectos que se me presentan más complejos es la elección de los jóvenes (máximo 8) que al final serán parte de mi ejercicio de investigación sensorial audiovisual. En muchas ocasiones me he preguntado ¿Cuál es la mejor forma de seleccionarlos? ¿Pedir a amigos o conocidos que me referencien algunos jóvenes? ¿Cuáles deben ser los criterios que mencione a esos conocidos para que ellos puedan darme una respuesta? En este punto se muestra necesaria un primer ejercicio de recolección de datos cuantitativo que me facilite un panorama general y unos criterios y categorías muy claros sobre el panorama del problema. Desde ese primer ejercicio podrían ser identificados los jóvenes que serán parte de un ejercicio a profundidad. Adicionalmente, la investigación cuantitativa puede ayudar a tener una idea completa de los principales problemas y las preocupaciones más frecuentes de los jóvenes rurales, además de permitir conectar esas preocupaciones con unas posibles causas.

Sin embargo, en el momento de analizar la forma en que las tensiones migratorias empiezan a modificar la relación con el territorio y cómo todo eso pasa por sus cuerpos, por los sentidos, por sus acciones, entonces la investigación cualitativa parece ideal, mientras la cuantitativa insuficiente. A partir de esto, podría mencionar que el análisis mixto se fundamenta epistemológicamente en la necesidad de ver la relación entre comportamientos, acciones o significados individuales con tendencias colectivas. Esto permite un abordaje de las problemáticas sociales desde perspectivas más conscientes, las cuales deben atender al individuo en sus preocupaciones, pero también producir a través de él transformaciones colectivas. En el texto de Carbonell et al (2021) el apego puede servir de ejemplo a esto que se quiere señalar. Por un lado, las razones para construir el apego surgen de cuestiones individuales, pero todos tendemos a sentir apego, lo que lo hace una característica, se podría decir, universal.

Desde nuestro punto de vista, la investigación mixta en realidad es una solución útil para aquellas investigaciones cualitativas que ven dificultades a la hora de establecer categorías de análisis y formas de abordaje de la población, pero esto también es gracias a un carácter más reflexivo que los estudios cualitativos han decidido asumir, mientras que las investigaciones cuantitativas en muchos casos se resisten a dejar su paradigma por lo cual parecen no darle el mismo valor a la posibilidad de trabajar de la mano.

Mapa de AD – Juan Carlos Torres Lizarazo

Al hacer una revisión rápido de aquellas influencias que ha tenido el análisis del discurso para su aparición se hace evidente que se ha alimentado de muchas otras disciplinas, sin embargo, esto no implica que sus aportes y su objeto no sea innovadores y diferentes a todas esas otras miradas. Esto se puede evidenciar en el cuadro 1, en el que se plantean algunas de sus líneas principales. El diálogo constante entre dichas líneas y otras teorías da cuenta de su inter y transdisciplinariedad que además permiten también analizar fenómenos muy diferentes de carácter social, filosófico o lingüístico, si es que en realidad es posible separar dichas formas de pensamiento.

Figura 1

Matriz de análisis

Figura 2

Influencias del AD