Parte 1: Ensayo
Lakoff y Johnson (2001), proponen una clasificación amplia y profunda de las metáforas y el rol que estas cumplen para la organización de lo social y, de alguna forma, la inserción dentro de ese mundo simbólico que nos permite integrarnos a la sociedad y crear una identidad propia. Es decir, cuando somos capaces de entender a qué se refiere alguien que dice Regálame un momento y de esa forma pueda saber cuáles son las acciones que se producen a partir de dicha solicitud. Zizek en La guía perversa del cine propone, precisamente que las sociedades crean complejos entramados simbólicos que todo individuo debe entender para poder insertarse en ella. Cuando no podemos entender cómo nuestras acciones deben responder a determinadas cuestiones metafóricas, entonces puede pasar que como sujetos seamos considerados perversos o enfermos. La función entonces de las metáforas es también poner en juego las condiciones dentro de las cuales debe insertarse un individuo si quiere ser aceptado por la sociedad.
Los autores clasifican algunas metáforas dentro de estas funcionalidades y con ello demuestran que la creación de sentido de un individuo sobre los fenómenos de su entorno, sean abstractos o prácticos, no es un proceso racional y objetivo que siempre es igual y funciona de la misma manera en todos los seres humanos. Todo lo contrario, es un aprendizaje que se produce socialmente y que luego nos convencen que es universal, verdadero y objetivo. El análisis crítico del discurso, justamente, cuestiona la forma en que muchos de nuestros aprendizajes nos son enseñados y luego nos hacen creer que son conclusiones racionales a las que siempre hay que llegar. Lo interesante aquí es que, si bien las metáforas son una forma en la que se imponen ese tipo de discursos y formas de organización del mundo, son también ellas una posibilidad de resignificación de las realidades para dar paso a otras formas de pensamiento. Por ejemplo, frente a la viralización en el mundo de la idea de la “comida rápida” se impuso una forma de alimentarse, de producción, de dinámicas sociales al rededor de la comida e incluso una forma de hacer publicidad. Por ello, no podría tener otro nombre sino el de Slow food la propuesta para cambiar esos hábitos de vida que tanto daño han hecho a muchas personas. Con el uso de una metáfora antónima a la metáfora anterior se propone una serie de cambios en la vida que implican incluso cambios económicos, éticos y políticos. Slow food es un ejercicio de resistencia a la producción masiva y la vida de la productividad.
Ahora bien, si pensamos en el uso de metáforas ligado al uso de símbolos, incluso a algunos símbolos como metáforas de tipo visual, entonces podemos pensar que no solo el discurso organiza esa realidad, ni crea esa sociedad a la que hay que incluirse, sino también lo visual, sonoro, gustativo, publicitario implican metáforas que valdría la pena analizar desde el punto de vista que proponen los autores. Así, el emoji de un corazón en un comentario ¿podría considerarse una metáfora que está moldeando la realidad? ¿Las reacciones en Facebook (me gusta, me encanta, etc.) serían usos cotidianos de metáforas que, además, al acompañar de manera masiva una publicación definen unas formas de pensamiento como primordiales por sobre otras? Sin embargo, en este punto creo que es importante pensar con detenimiento la diferencia entre una metáfora y los diferentes elementos que componen un signo. Por ejemplo, para usar la categoría que los autores proponen sobre una discusión como una guerra, supongamos que un sujeto que está en un debate al terminar mira a su “oponente” y ponen sus dedos en forma de una pistola, le apunta y luego sopla su dedo como es típico en las películas ¿Ese gesto es una metáfora, un signo o las dos cosas? Desde nuestro punto de vista son la misma cosa, pero eso no quiere decir que todas las imágenes, tampoco todos los signos o todos los gestos son metáforas.
Deleuze en su libro Estudios sobre cine I: la imagen-movimiento (1987) discute este asunto y propone que el único dato inmediato de la imagen cinematográfica es el movimiento y este en sí mismo no lleva al pensamiento, el pensamiento es algo que necesariamente debe implicar una acción que no es inmediata, es decir, que no es simplemente una reacción. De esa forma, la propuesta de Sergei Ensestein de crear un autómata a partir del cine (un pensamiento que se insertara en las personas sin ninguna intervención del individuo, sino de manera automática), solo sería posible a partir del montaje, la unión de, al menos, dos imágenes. Para Deleuze, entonces, una metáfora aparece cuando el montaje es usado para ello y una imagen se yuxtapone con otra en paralelo que la redefine. En Taxi Driver (Scorsese, 1976) el protagonista de toma un alkazetser y observa con detenimiento las burbujas y su efervescencia, la cámara, además, hace un acercamiento al vaso y entendemos que eso representa las emociones del protagonista. Claro, no es suficiente con la imagen, sino que hay que conocer un poco más la historia. En Fuga de Alcatraz (Don Siegel, 1976) el Alcaide de la cárcel habla del control sobre los presos mientras juega con un pájaro enjaulado, de forma que el ave se convierte en una metáfora de los presos de esa prisión y las acciones del hombre en un ejercicio de lo que hace como director del centro. Finalmente, en Naked Gun 2 1/2 (David Zucker, 1991) los protagonistas empiezan a hacer el amor y esto está acompañado de una serie de imágenes que representan el placer femenino, la erección y el orgasmo tanto de él como de ella (una flor que se abre, una grupo de egipcios levantan un obelisco, un poso de petróleo empieza a expulsar el líquido, unos juegos pirotécnicos se ven en el cielo).
Es decir, una metáfora no es una metáfora sino está acompañada de un entramado simbólico que le permite sustituir los elementos de un tema o pensamiento y por las característica de otro elemento o situación que ahora la representan. Las imágenes sí pueden ser metáforas, pero no todas lo son, por lo tanto, sería interesante investigar cuáles de las clasificaciones metafóricas que proponen Lakoff y Johnson (2001) podrían traducirse en ejercicios visuales que los complementen y reafirmen el poder en la cotidianidad de esas imágenes.
Parte 2: Análisis de discurso en Twitter
Elegí este tuit porque fue compartido por María Fernanda Cabal. El hecho de compartirlo la identifica con este discurso. Vanessa Vallejo es algo así como una periodista/influencer y se denomina como podcaster. Cuenta con 118100 seguidores que se podrían sumar a los 254700 de María Fernanda Cabal, seguramente, muchos de ellos podrán ser compartidos, por lo que no sería sencillo establecer el total.
Para mí la ide a de “un día como hoy” que resume el concepto de “en esta fecha hace X años” representa una metáfora que se ha vuelto muy común en la cual se ponen en contexto hechos históricos que han marcado aspectos de la realidad política. Por eso y por establecer una clara diferenciación entre “la izquierda” (Ellos) y lo que, aunque oculto, se puede suponer “la derecha” (nosotros).
Hay una clara referencia a dos discursos políticos, los cuales se disputan el campo político latinoamericano, en este caso, la izquierda y la derecha, el comunismo y el capitalismo. En ese orden de ideas, se establece que desde la postura de derecha El ché Guevara es un asesino, que, además, acentúa al poner en mayúsculas. Mientras que la idea de héroe romántico se deja en minúscula. El concepto de Héroe Romántico es una metáfora que busca exagerar el discurso sobre el ché y, además, ridiculizar la idea.
El concepto de mito también es matafórico, ya que en términos literarios e ideológicos no lo representaría. De nuevo pone una palabra en mayúscula, en este caso Sanguinario, que, si se leen juntas, está estableciendo la opinión que se quiere promover sobre él ASESINO SANGUINARIO.
El hecho de que María Fernanda Cabal lo comparta, la pone a ella como un orador oculto que replica otra voz, pero cuyas ideas están también representadas allí. Es decir, María Fernanda Cabal sería parte del “nosotros” de la derecha colombiana.
Luego, la cita del Ché, también usa una metáfora, mucho más clara como tal y que, a su vez, por el orden del discurso, la autora genera una asociación que se podría leer como: “todo revolucionario de izquierda es una fría máquina de matar, un ASESINO SANGUINARIO”. Por contraposición, se podría suponer que la derecha es la salvación de ello, los encargados de evitar que pase y, por lo tanto, sí representan el verdadero Heroísmo.