Representaciones sociales sobre la justicia en víctimas del conflicto armado colombiano

Henry Romero

El análisis presentado en el estudio sobre las representaciones sociales alrededor de la justicia es un ejercicio de interés desde el punto de vista discursivo.

Las representaciones sociales sobre la justicia en una población que ha vivido el conflicto directamente en Colombia resultan significativas para una comprensión de la magnitud del conflicto, en especial de los efectos en las formas de representación y transformación de la vida de las personas y comunidades.

Evidenciar elementos de diferentes visiones alrededor de la justicia en un grupo nos puede mostrar la necesidad de abordar las problemáticas desde una visión integral que no solo sea retributiva, sino que restaure la verdad y una distribución de compensaciones entra las partes en términos justos, es apenas un modelo de justicia que respondería a unas problemáticas complejas como las que pueden verse reflejadas en los conflictos armados. El estudio hecho a través del software iramuteq presenta potencialidades y desafíos en las metodologías cualitativas e interpretativas.

Es un estudio interpretativo con apariencia de descriptivo, pues limita el análisis a las frecuencias de palabras y sobre esto sostiene a la luz de referentes teóricos que hay una determinada concepción de la justicia. Parece permanecer en la superficie de las palabras y no ahonda en los efectos en la percepción por ejemplo de la propia violencia, la muerte, las relaciones políticas y el deber ser. Esta exigencia no se hace de manera gratuita pues en la introducción del estudio se esbozan los efectos de la violencia como un hecho de la muestra a observar, pero en el estudio mismo no se valida nada de esto, cuando perfectamente se puedo indagar al respecto, siendo elementos importantes dentro de la Teoria de las Representaciones Sociales.

La interpretaciones a la luz de frecuencias pueden ser una tarea bastante subjetiva pues el relacionamiento que se ofrece es el del interprete investigador y no la relación que el sujeto observado posee. Por ejemplo, podríamos igualmente decir que las palabras corrupción e injusticia, definidas dentro del núcleo compartido por el grupo observado, no presentan relaciones de causalidad para explicar la injusticia, sino más mas bien hacen parte de la representación social de la justicia contextualizada. No es un elemento que distorsione la representación ideal de justicia, sino más bien un elemento constitutivo de la representación social de la justicia. Podemos afirmar que los dos grupos diferenciados por esta razón no por hacer alusión a la palabra corrupción ya su concepción de justicia es diferente.

Tanto igualdad como equidad en sí mismas no podrían interpretarse como imbuidas de universalidad, pues en términos teóricos y de justicia básica como los de Rawls tienen ese matiz, pero en la significación de las personas en su cotidianidad pueden estar fundadas en sus perspectivas propias del bien, particulares, y no son abstracciones, en tanto la propuesta de Rawls es un ejercicio de experimento mental.

Las limitaciones de los estudios interpretativos a la luz del análisis de frecuencias de las palabras a través de software, puede dejar muchos vacíos. Partir de referentes teóricos para el análisis presenta un sesgo de hacer hablar a las palabras en términos de los referentes teóricos. Pensemos en si la base teórica hubiese sido los marcos de amigo – enemigo de Carl Schmitt en lugar de la teoría de la justicia de John Rawls, la interpretación de las palabras y el análisis hubiese sido muy distinto del que se ofreció. Sin juzgar negativamente el estudio, si sugiere preguntas sobre el carácter explicativo y descriptivo, de no ser esta su finalidad, y enfocarse en la interpretación a través del lenguaje, aun más nos deja dudas primero sobre la profundidad del análisis y de la excesiva subjetividad presente en el análisis de los resultados.

Definición discursiva de la Información de P. Charaudeau.

Por: Luis Felipe Navarrete Echeverría

La lengua como sistema tiene una organización que implica, en su abordaje, la descripción de las reglas en contexto; por su lado, el discurso desborda estas reglas de uso de la lengua, involucrando las circunstancias en las que se inscriben las prácticas comunicativas, implicando las identidades y lugares de enunciación de los participantes, así como las características del vínculo, las intencionalidades y prácticas que engloban, “las maneras de decir”.   En la caracterización del discurso informativo, se distinguen las condiciones situacionales (referidas a características recurrentes) y las condiciones enunciativas (elementos base que orientan la finalidad de la producción lingüística).

La construcción del sentido del discurso implica un reconocimiento del otro (receptor) referido a su saber, a los tipos de relación que se configuran frente a éste y las intencionalidades que se prevén sobre ese otro: Charaudeau denomina este proceso como la transacción que concreta los marcos de intencionalidad en que se produce la relación. Esto se apoya en cuatro principios: 

  1. Alteridad: establecimiento de una relación de reciprocidad no simétrica entre locutor e interlocutor.
  2. Influencia: la relación está determinada por propósitos que orientas una finalidad en sí.
  3. Pertinencia: consolida la finalidad de la relación
  4. Regulación: permite la distribución y el papel de los actores en el proceso.

Teniendo en cuenta que el proceso de transacción centraliza (el reconocimiento) el marco de intencionalidad, el autor aborda discursivamente la información como un acto en el cual se moviliza un saber que, en principio, uno de los actores posee y el otro no: este último debe verse interpelado, modificado por en la recepción de ese saber, desde el proceso de interpretación: de esta manera queda claro que el proceso de transacción hace posible el proceso de transformación desde el cual se configura sentido en una lógica de intersubjetividad.

En esta mirada discursiva de la información, el proceso requiere tener en cuenta al otro, por lo cual la construcción de la realidad esta determinada por la relacionalidad.   De allí que la transacción se dinamice a partir de la organización de la información proyectada en la situación de intercambio que articula tres condiciones: la ausencia del saber que caracteriza al otro, el proceso de transmisión del saber y el uso que el otro dará a éste.

El saber que se dinamiza en esa transacción, puede estructurarse inicialmente desde la actividad seleccionada de la experiencia, a través de la descripción, la narración o la explicación, que activan los sistemas de interpretación que hacen posible los procesos de significación.  El autor expone como el saber se bifurca en dos sentidos formando:

  1. Categorías de conocimiento: el observador se vuelca su mirada hacia el mundo. Se sustentan en procesos racionales, haciendo del mundo algo comprensible, estableciendo caracterizaciones, distinciones, jerarquías, grupos y categorizaciones que permiten ordenar.  Se parte de la experiencia y la observación de las condiciones materiales, se experimenta con la prueba y el error y se establecen elementos recurrentes, desde las cuales se extiende las explicaciones de los fenómenos.  Se elaboran formas, taxonomías, criterios. En la caracterización de esta forma de saber, se concreta: conocimiento existencial (ubicación y descripción de la realidad empírica, las condiciones tangibles, situadas, con propiedades que detallan su facticidad).   Conocimiento evenemencial (se detalla el acontecimiento, que modifica el estado de la realidad, requiere del consenso para hacer sólida la representación; permite “ver lo que ocurrió”). Conocimiento explicativo (apunta a porqué, el cómo y la finalidad de los acontecimientos; desde la razón, se exponen las pruebas de los acontecimientos)
  2. Categorías de creencia: el observador vuelca la mirada hacia sí mismo. Implica la mirada subjetiva y se sustenta en la evaluación y apreciación de la realidad, que sirve de base para la consolidación de “normas”  o justificación de comportamientos, que hacen que algo sea (o no) plausible a nivel social  y se vinculan a sistemas de valores.

En relación a estos saberes, el autor reconoce la relevancia de los efectos de la verdad (diferenciados del valor de la verdad) y como estos facilitan la relación del hombre con el mundo, en una dinámica que involucra la verdad y la creencia como configuradores de sentido de la sociedad: La verdad se sostiene en la creencia de su alcance. Esto incide sobre la relación y motivos de la información. El receptor cree en la validez del saber del emisor, condición que exigen detallar o indagar sobre las condiciones de la relación comunicativa que exige pensar no solo en las condiciones del otro como receptor, sino también en la “identidad de quien proporciona la información”.

Este aspecto de caracterización del emisor, del poseedor del saber, hace que, precisamente, aspectos como su lugar de enunciación, su posición social, la representatividad que expresa tenga incidencia sobre el valor de lo que transmite.

Frente a esto, Charaudeau señala que el informador es: notorio (identidad genera representatividad y carga lo que informa), es testigo (desplegará lo que ha odio y visto), es plural (evidencia de diversas fuentes; la convergencia apoya la credibilidad o la apertura de diversos puntos de vista), es organismo especializado (puede obtener beneficios y su saber representa una legitimidad). Se agrega además el grado de compromiso del informador (tomando partido por el valor de la verdad, asumiendo un rol parcial), acción que aumenta si no explicita su compromiso, pues le revierte de una aura de neutralidad, diferente a si explicita su compromiso, lo cual paradójicamente, más que reforzar el valor de lo que dice, es asociado a elementos de subjetividad o recarga a una posición)

En relación a esto, cobra relevancia las pruebas de la veracidad de la información, que, como respaldo, apoyan las representaciones de grupos sociales, para lo cual debe ser: a) reconocible para todos, b) apropiada para todos  y c) objetivable y reconocida por los demás, condiciones que operan en pro de dar cuenta de la autenticidad, verosimilitud y explicación de lo que se informa.

Si bien, la información establece una relacionalidad que modifica al otro, se ve condicionada por las características de enunciación, así como de los saberes y dinámicas del mismo que circulan en el tejido discursivo y representan la posibilidad de transformación del otro, desde la representativa de quien construye ese saber y la manera en que el saber se vuelve significativo en la representación del otro.

Los medios y la manipulación de la información

El lenguaje se manifiesta mediante intercambios sociales que, a su vez, son mediados por sistema de valores, lo que permite la retribución de la simbolización de un mismo discurso, cuyas características similares se desenvuelven en un contexto que logra enfocar su comprensión y asimilación. Cada escenario de lenguaje guarda información que pretende ser enunciada en espacios que afrontan una intencionalidad clara con quien pretende ser informado.

En este sentido, los medios de comunicación se constituyen con el fin de informar, de dar a conocer “la verdad” colocando como supremacía la necesidad que tiene la ciudadanía de ser informada, bajo el develar verdades (en muchos casos se puede entender como una lectura de ignorancia ciudadana) y por ende, la necesidad que debe asumir un rol de informador (construyendo el camino para sacar a la ciudadanía de dicha ignorancia) en este caso de autoproclamación de los medios como dadores de esa información, develadores de verdad.

Bajo este supuesto, los medios construyen y moldean la información seleccionada, que suprime o trasluce elementos claves de la fuente real y construyen nuevos escenarios subjetivados con intenciones y efectos claros para con la ciudadanía. Estos efectos se construyen con base en la identificación clara que existe del receptor, la cual se media por contexto, saberes, cultura, conocimiento […] y lleva a entender dinámicas ciudadanas que subestiman su capacidad crítica para decodificar la información recibida.

La anterior tarea se verá totalmente manipulada bajo la concentración de poder, que, a su vez, mantiene el control de los medios. Dicha manipulación se logra con estrategias discursivas vinculadas a estrategias de manipulación mediática, como las planteadas por Chomsky, que alteran los discursos, opacan las verdades, y caracterizan a la ciudadanía como sujetos ignorantes, acríticos, que no cuestionan la veracidad de lo expuesto, al contrario, comparten emotividades relacionadas e infundadas, y se desentienden de dichas noticias como engaños. Dicho de otra forma, buscando responsables, los medios se adhieren a la mantención de la concentración del poder, quien tiene la información, tiene el poder, y quien tiene el poder mantiene las formas lógicas de manipular la información y resaltar ese poder.

Reflexión Análisis del Discurso en práctica: una descripción

La interesante descripción que presenta Norman Fairclough en Lenguaje y Poder es una muestra de lo interesante y rico que puede ser el análisis crítico del discurso. La estructuración de diez preguntas que nos pueden ayudar a hacer un análisis crítico del discurso resulta esquemática pero heurísticamente significativa.

Los aspectos del lenguaje en sus formas experienciales, relacionales y expresivas son vehículos que enfocan los discursos desde posicionamientos ideológicos. Las relaciones de poder y autoridad expresas en los modos en que se redacta como por ejemplo los imperativos, son muestra de que en el discurso la relación real o extratextual, se puede reproducir en este, o la pretendida por el emisor. La sobrerredacción como la explica el autor es un indicio de la necesidad de énfasis que el emisor tiene frente al tema y el direccionamiento que quiere hacer, de tal modo que en esta característica se aprecia parte de su intención y definición de un foco de atención. La expresividad por lo general ha estado ligada a la persuasión característica de los discursos, pero es también útil en la identificación de esquemas de clasificación ideológicamente contrastables. Otro recurso de valor en el análisis del discurso es la pretensión de conocimiento y verdad que se tiene por el emisor en tanto la modalidad categórica empleada hace transparente, neutral y atenido a los hechos el contenido informacional, sin embargo esto es de interés pues puede estar fundado en bases ideológicas como en los abundantes casos de falsas noticias actualmente.

Desde la perspectiva del análisis, la forma del discurso, sus conexiones, sus metáforas, sinonimias, su redacción, sus conexiones dentro y fuera del texto, los significados, el centro del mismo, develan desde un punto de vista crítico las relación de autoridad, control y poder, así como la jerarquización social, segregación y estereotipos.  Fairclough presenta ejemplos de diversa naturaleza como declaraciones de profesionales, artículos de prensa, anuncios publicitarios, entre otros, en donde se interpreta el texto a la luz de estas herramientas. Sin embargo es posible observar que, si partimos de un análisis crítico con interés en los aspectos ideológicos hay unos márgenes importantes que someten al propio análisis a niveles de ambivalencia, en tanto el propio análisis es objeto de análisis ideológico. Hacer una lectura pretendidamente objetiva del discurso resulta una tarea que puede tornarse compleja dada la multiplicidad de significados contextualizados que puede suponerse en el contenido del discurso, así como en las intenciones adjudicadas al emisor sobre la base de las técnicas del análisis y sobre la definición de categorías ideológicas.

En el análisis del discurso debe reconocerse su carácter interpretativo y fundamentado en bases también ideológicas. La sola adjetivación del análisis como crítico, lo ubica en un contexto de enunciación y muestra la diversidad de interpretaciones que se pueden hacer. Solo la categoría “ideología” está direccionando el sentido que se le dan a las modalidades empleadas en la construcción del discurso; en ausencia de esta, creo que las modalidades adquieren un sentido distinto.

Aproximaciones al Análisis Crítico del Discurso (ACD)

El lenguaje, como campo inagotado de reflexiones constantes, guarda la necesidad intencional de mantener, crear y solventar los enlaces discursivos que crean huellas en las relaciones de poder hacia todas las esferas de desarrollo humano (económico, social, político, educativo). De esta forma, el discurso, cómo proceso de interacción, según Stecher, citando a Van Dijk (2010), cimenta enlaces comunicativos de conocimiento, cultura y sociedad que apelan a la construcción de la comunicación intersubjetiva con acciones de incidencia en el otro, lo cual, según Levinson, guarda una intención comunicativa.

Dicha intención se comprende desde el AD como la transformación de la lengua en discurso; allí parten elementos fundamentales que direccionan un significado convencional, adscrito a la lengua como sistema de signos, hacia un significado pragmático que enuncia a la lengua como instrumento de comunicación, cuya pretensión es el discurso (Escándele, 1993). Lo anterior imprime la necesidad de fundamentar las estructuras internas del discurso que comprenden el acto locutivo, ilocutivo y perlocutivo, que demuestran la relación que establecen las palabras con condiciones de producción del contexto, dónde, como lo expresa Otaola (1989) se mantiene la idea que toda emisión es portadora de sentido y referencia.

Por lo anterior, en enlace con el ACD propuesto por Fairclough, se evidencian las tres dimensiones constitutivas del discurso que, con relación a la estructura social, muestran como el lenguaje, en este caso, el discurso, opera dentro de una práctica sociocultural.  De allí encontramos, según Villanueva (2011) la función identitaria, que forma subjetividades, la función relacional, que conforma relaciones entre las personas; y la función ideacional, que forma pensamiento y conocimientos. De esta forma se caracteriza la relación dialéctica entre el discurso y la estructura y dinámica de la sociedad, las cuales están mediadas por relaciones de poder entendido en términos de control (poder social de grupos o instituciones) o como el acceso al conocimiento y la información.

Bibliografía

Escándele V., MV (1993) Introducción a la pragmática. Anthropos-Universidad Nacional de Educación a Distancia, Barcelona, ​​Madrid.

Otaola; C. (1989) El análisis del discurso. Introducción teórica. EPOS Revista de Filología. No. 5. http://revistas.uned.es/index.php/EPOS/article/view/9656/9202

Stecher, A. (2010) El análisis crítico del discurso como herramienta de investigación psicosocial del mundo del trabajo. Discusiones desde América Latina. Universitas Psychologica, V. 9. No. 1

Villanueva Jordan, Iván (2011) Acerca del Análisis Crítico del Discurso de Norman. Universidad Católica de Perú. https://es.scribd.com/doc/58442741/Analisiscritico-del-discurso-Fairclough 

Sobre los elementos para comprender el ACD

El objeto que posibilita la interacción social humana es la capacidad de lenguaje, sin este el entendimiento y la organización se tornan difusos. Entrar a definir o conceptuar alrededor del lenguaje resulta arriesgado por su naturaleza compleja, por esto históricamente se han explorado y establecido diversidad de puntos de interpretación del objeto lenguaje. Es una tarea titánica responder a ¿qué es?  sin dejar por fuera o incluir aspectos que otros pueden juzgar no relevante.

A pesar de la complejidad que esto reviste, aproximar algunas ideas puede resultar orientador. En este sentido el lenguaje es un sistema articulado con reglas funcionales en relación a la realidad y con fines de interacción humana. De esto se derivan conceptos como significado, que gracias al denominado giro lingüístico en la filosofía del siglo XX, condujo a reconocer que el significado no solo depende de lo que se refiere en el mundo con las palabras, objetos o situaciones, sino al sentido, la intención y el contexto en el que se enuncia. En esto coinciden Grice (1957/2005), Wittgenstein (1953/2009), Austin (1962/1990), Searle (1969/1990), siendo estos últimos los que reivindican la pragmática del lenguaje como relevante en el significado. En esta pragmática el contexto o entorno, entendido como los factores que espacio – temporalmente, forman el tapiz o paisaje (Escandell, 1996) que rodean las relaciones lingüísticas en la acción humana y que la afectan en sus sentidos, intenciones y referencias; y cobra la importancia que previamente no había tenido en los estudios del lenguaje y por tanto para su comprensión. Igualmente junto al contexto confluyen elementos pragmáticos como los determinantes psicológicos de la intención que direcciona los actos humanos.

Un salto generado por el giro pragmático en el lenguaje es que se comprende como un acto, pues en su contexto, el lenguaje en su uso se produce (Austin, 1962/1990) y (Searle, 1964/2005) como consecuencia de un acto humano. En esa particularidad con los actos lingüísticos podemos decir de diferentes maneras en diferentes sentidos, o también de diferentes maneras decir lo mismo. Lo importante es el reconocimiento de la producción del habla la que ubica al lenguaje en su uso como fenómeno de análisis. Será así como se acuña el concepto de acto de habla como la unidad mínima de análisis del lenguaje en uso y sobre el cuál se sostiene que existen multiplicidades que buscan representar, declarar, expresar, comprometer y dirigir (Searle, 1964/2005).

En el contexto de los actos de habla hay intenciones al hablar, al decir algo a alguien, cuando esto no se limita a lo meramente representacional, sino que se dirige a la búsqueda de un propósito de incidir en la conducta, a convencer al oyente, podemos decir de la mano de Austin (1962/1990) que cuando es efectivo, es un acto perlocucionario. De este sentido de los actos lingüísticos podemos conectar la noción de discurso, el cual sea como una unidad de significado simple o como construcción compleja se produce con la intencionalidad de influir en los oyentes. El análisis para el develamiento de esa intencionalidad y sus efectos en su contexto objetivo y subjetivo, en sus dimensiones semánticas, sintácticas y pragmáticas, es lo que se puede definir como análisis del discurso. Cuando este análisis se hace sobre unas premisas relacionales de poder, control, lenguaje e ideología se puede afirmar que es un análisis crítico del discurso (Stecher, 2009).

Trabajos citados

Austin, J. (1962/1990). Como hacer cosas con palabras. Barcelona: Paidos.

Escandell, V. (1996). Introducción a la pragmática. Barcelona: Ariel.

Grice, P. (1957/2005). Significado. En L. V. Villanueva, La busqueda del significado (págs. 481 -490). Madrid: Tecnos.

Searle, J. (1964/2005). ¿Qué es un acto de habla? En L. V. Villanueva, La búsqueda del significado (págs. 431 – 447). Madrid: Tecnos.

Searle, J. (1969/1990). Actos de Habla. Madrid: Catedra.

Stecher, A. (2009). El analisis crítico del discurso como herramienta de investigacion psicosocial en el mundo del trabajo. Universitas psychologica, 9(1), 93-107.

Wittgenstein, L. (1953/2009). Investigaciones Filosófica. Madrid: Gredos.

PROYECTO DE REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA SISTEMATIZADA. Amanda Castiblanco

El presente proyecto pretende mostrar el trabajo de revisión bibliográfica sistematizada, a través de los pasos y las fichas expuestas por Lluis Codina (2018). Para este caso, se realiza el proceso con base en el primer acercamiento a mi investigación doctoral “Comunicación, comunidad y territorio: incidencia de la comunicación ambiental en la transformación de tejido social y las relaciones con el ambiente, tomando como base, las luchas y resistencias de la Comunidad Muisca y el Centro Experimental Juvenil, CEJ, en defensa del humedal La Libélula en Tunjuelito, Bogotá”

Este primer momento de investigación, presenta una descripción histórica situada desde la generalidad, hacia lo específico. Parte de un reconocimiento histórico Muisca desde épocas prehispánicas, en el territorio de Bogotá (antes Santafé) en muestra de la división del territorio, contrastadas con las ritualidades y formas de vida indígena, antes de la llegada de los españoles. Seguido a esto, se cruzan los periodos de independencia y república, para dar cimiento a la conformación urbanística de la ciudad, cuyo final, direccionada al interés de contextualización de mi investigación, termina en la urbanización del barrio Tunjuelito.

La línea de tiempo mostrada se justifica desde las formas del agua en el territorio, cuya desaparición forzada termina en estos pequeños espejos de agua que hoy conocemos como humedales; y se entrecruza con los relatos Muiscas, quienes mantienen otra forma de pervivencia y linealidad con este elemental.

Por lo anterior, la muestra realizada para este primer capítulo pretende acercar una clara investigación documental, con base en 12 documentos, comprendidos en 2 textos, 4 capítulos de libro y seis artículos científicos. Los dos documentos fueron expuestos al procedimiento de revisión explicado por Codina (2018) que propone 4 fases: Búsqueda asertiva de fuentes; evaluación que defina la pertinencia y calidad; análisis textual de los documentos; y síntesis.

Problema

El proceso de investigación parte de una preocupación que emerge tras el acercamiento al territorio y la búsqueda de información que remitan al reconocimiento, tanto legal, como comunitario del humedal.

Así mismo y en consonancia con las luchas y formas de resistencia del humedal, nace la pregunta por las comunidades ancestrales que mantienen viva la voz del humedal, y cómo es dado su enlace histórico con el espacio. Por lo anterior, se proponen las siguientes preguntas que direccionan la documentación y a su vez, generan otras formas de observación del territorio.

¿Cuál ha sido la relación histórica del pueblo Muisca con el territorio bogotano? ¿Existe desde esta relación una construcción directa con el espacio habitado en presente por la localidad de Tunjuelito?

¿Cómo ha transformado la urbanización de los últimos cinco siglos al territorio, hoy conocido como Bogotá? ¿Estos procesos de urbanización han transformado las formas del agua en Bogotá?

Atendiendo a las características propias y a veces difíciles de la localidad de Tunjuelito ¿existe una relación directa que enlace la conformación de la localidad, bajo un proceso de urbanización informal de la década del 40 con las problemáticas sociales, ambientales, políticas y económicas que aún se mantienen?

  1. Métodos

Para responder las preguntas expuestas y teniendo en cuenta la fiablidad y rigurosidad necesaria para poder responderlas, me acerco a las bases de datos en busca de la conformación de mi banco de documentos (Codina citando a Yin, 2018). Es necesario aclarar que se hizo el acercamiento a las bases de datos que propone Codina (2018) en la fase de búsqueda, las cuales corresponden a Web of Science y Scopus, sin embargo, la indagación de material es difícil debido a la especificidad del tema, que corresponde a elementos históricos propios de Bogotá, entrecruzado con las categorías “Muisca”, “desarrollo urbano” y “Barrio Tunjuelito”. Por lo anterior, y al no obtener la información que solicitaba desde mi búsqueda propuesta, recurrí a las bases de datos Redalyc, Dialnet y Google Scholar.

  1. BÚSQUEDA Y EVALUACIÓN

La búsqueda de los artículos se comienza en la cuenta de Zotero; esta mantiene diferentes artículos y libros que se han descargado, partiendo de las afinidades que se han ido construyendo con la investigación desde el primer módulo de métodos avanzados I. Luego se prosigue a la búsqueda de nuevos artículos que apoyen la investigación desde esta primera parte “contextualización histórica”.

Para asentar esta fase del proceso, se propone el análisis del Framework FDC, que expone los conceptos y palabras características de la investigación.

  1. En este primer cuadro se muestra la Fase Facetar, F, la cual consiste en extraer la información señalada en la tabla, desde lo que se requiere investigar.
Figura 1. Fase 1 FDC
  1. El segundo cuadro muestra la Fase Derivar, D, que condensa, a modo de palabras clave, la información suministrada en la fase F.
Figura 2. Fase 2 FDC
  1. Por último, se recurre a la combinación de las palabras clave, relacionando los anteriores conceptos con operadores booleanos. Esto permite encontrar artículos de un modo más asertivo, que reúna diferentes necesidades de la investigación en un mismo texto.

Evaluación

Para la evaluación de los textos se usó la tabla de fiabilidad expuesta por Dixon Woods (2006)

Figura 3. Evaluación

La tabla muestra el resultado de los artículos seleccionados. En principio, se trabajo con la lectura de 16 documentos, combinados entre artículos, capítulos, y libros de investigación, sin embargo, en la ubicación y respuesta de la tabla anterior, no cumplían con las características completas, en su mayoría por que no ubicaban explicaciones del proceso, sustentado, entre otras desde el diseño de investigación y fundamentación metodológica; razón por la cual, no existen en ficha y tampoco están contemplados en la tabla.

  1. ANÁLISIS Y SÍNTESIS

El proceso de análisis se hizo sobre la base las fichas presentadas por Codina (2018) manteniendo las siguientes características:

  1. Referencia: Se incluyó la referencia completa en normas APA.
  2. Resumen: se realizó un resumen de carácter personal acerca del documento.
  3. Investigación: En la mayoría de los casos se construyó esta respuesta con el tipo, método e instrumentos de investigación, en los documentos que estuvieran nombrados.
  4. Aportaciones: Se enunciaron desde el documento hacía la investigación.
  5. Aspectos relevantes: Se nombraron características de influencia
  6. Comentario: Se escribió, a manera personal, un breve resumen que ubica el documento en la investigación a presentar.
  7. Palabras clave

A continuación, se muestra en ejemplo la ficha número 8.

Figura 5. Ejemplo Ficha Codina

Por otra parte, se definió un libro de códigos que de forma manual ayudaría a establecer un orden de la información para finalmente hacer una síntesis simplificada

Figura 6. Libro de códigos

A partir del anterior libro de códigos se implementó un cuadro cruzado, que permitiera representar de manera general el campo de estudio, metodología y tema central.

Figura 7. Análisis de fichas

Por último y apoyado en los elementos de análisis se procede a dar síntesis al trabajo. Para este caso, se aborda de forma generalizada algunas preguntas expuestas por Hart (2008) citado por Codina (2018).

  1. ¿Cuáles son las teorías y conceptos clave en el ámbito considerado?

Los conceptos claves siguen el entramado del desarrollo de la historia de Bogotá, desde la prehispanidad, reconociendo la habitación de los Muiscas y algunas de las formas constitutivas del territorio que son parte del legado ancestral. Así mismo, abordar la forma de construcción urbanística de Bogotá, y cómo esta, de manera progresiva, ha ido secando y criminalizando a los espejos de agua y fuentes hídricas de la ciudad.

  • ¿Cuáles son los principales problemas abordados por la disciplina?

Por un lado, se encuentra el desarrollo de los pueblos indígenas, en este caso, Muiscas, que habitaron Bogotá. Lo anterior como una forma de reconocer el espacio, las prácticas y rituales, como el correr la tierra, que permitieron la ampliación de caminos y delimitaciones del espacio. Así mismo, como la investigación se fundamenta en el desarrollo y/o exterminio del elemental agua, requiere esa mirada ancestral de integralidad, relacionamiento que sitúa al agua en el espacio-centro del desarrollo humano y en consonancia con este.

Por otro lado, se encuentra las formas de urbanización y habitación del suelo bogotano desde comienzos del siglo XIX, que empieza desde la parte baja de los cerros orientales, hacia el norte, lugar de asentamiento principal de la elite bogotana “de la época”. Y como esa forma de organización comenzó la desenfrenada desigualdad económica, política, social y espacial, limitada por la localía de los predios. Esta delimitación espacial, generó la expansión de Bogotá hacia la parte perimetral del sur, donde se encuentra ubicado el humedal, y a su vez, le generó una serie de condicionamientos y exclusiones que comenzaría desde la consecución de los servicios públicos, en especial el agua y se mantendría hasta nuestra época, pensando en las posibilidades y formas de habitación en ese espacio.

  • ¿Qué huecos u oportunidades de investigación ofrece el ámbito analizado?

En este acercamiento de contexto se pueden evidenciar vacíos de investigación en el ámbito de los escenarios que proponen desde mitad del siglo XX, la instalación de las represas cerca al río Tunjuelo. No hay información clara que muestre el uso del suelo antes de las represas y la afectación respecto a ese determinado uso.

Por otra parte, hay un vacío histórico en el desarrollo de eventualidades que señalen las formas de habitación Muisca en Bogotá. Se presenta con alta relevancia la ocupación en Cundinamarca.

Existe poca investigación “científica” que pueda convalidar los escenarios de resistencia formados por la comunidad en general, los jóvenes y la comunidad muisca, en relación a los atropellos en contra del humedal. No siendo parte de este trabajo de investigación, se encuentran actas de reuniones, consejos y grupos que han defendido, desde diferentes espacios y tiempos, el humedal, sin embargo, no hay documentación científica de ello. Lo anterior concuerda con uno de los fundamentos de mi investigación doctoral ya que es desde esa memoria biocultural y social, que se construyen los lazos de tejido social afectivos y efectivos del territorio con la comunidad.

Conclusión

La revisión sistematizada ayuda a una formación rigurosa de un corpus del trabajo, en este caso, de la estructura documental histórica, sin embargo, es necesario acudir a la respuesta consciente de las preguntas, en este caso, planteadas por Codina, para mantener la rigurosidad de la investigación científica.

En este primer acercamiento, al ser una investigación documental, se dificulta un poco la búsqueda de documentos en las bases de datos confiables. La especificidad del tema no permite ampliación, requiere la investigación de datos más cercana al sitio o campo de investigación.

Por otro lado, la respuesta a la pregunta de los vacíos teóricos abre grandes panoramas de investigación, que pueden ampliar, desviar, o concentrar la fuerza investigativa hacia su resolución y ampliación.

Finalmente, se reconoce la importancia y pertinencia del acercamiento a estas temáticas, ya que, se puede llevar un trabajo seguro, confiable y riguroso respecto a la búsqueda y alimentación del corpus teórico, que como lo enuncia Codina (2018) es parte fundamental de las investigaciones doctorales, lo que, sin duda, refuerza la rigurosidad si se lleva a cabo la revisión y las fichas al comienzo de la investigación y en ejercicio constante.

Bibliografía:

Caldera, L. A. B. (2008). Concepción sagrada de la naturaleza en la mítica muisca. Franciscanum. Revista de las ciencias del espíritu, 50(149), 151-176.

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Dolmatoff, Gerardo (1989). Colombia indígena, periodo prehispánico. En J. Jaramillo (Ed), Nueva historia de Colombia (pp. 27 – 68). Bogotá, Colombia: Planeta Colombiana Editorial.

Friede, J. U. A. N. (1961). La breve y trágica historia de Bogotá, la indígena. Revista Colombiana de Antropología, 10, 149.

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Ensayo Módulo 3 – MBA Henry Romero

Cerrando las brechas: uso de modelos basados en agentes para conciliar datos y teoría en la ciencia de la comunicación computacional de Annie Waldherr y Martin Wettstein

El Modelado Basado en Agentes (MBA) se propone como una estrategia para solventar dos vacíos que tradicionalmente resultan problemáticos, en especial en las ciencias sociales. Esta potencialidad de cerrar las brechas entre las perspectivas micro y macro en primera instancia y el acercamiento de los datos a la teoría en segunda, son un presupuesto para justificar su utilidad y uso en la ciencia de la comunicación computacional que sin embargo no está exento de algunas observaciones críticas que es propósito abordar en este ensayo. 

La integración de conductas micro y los fenómenos macro sociales es un problema sociológico fundamental al cual se ha respondido con diferentes niveles de prioridad. La linealidad explicativa y causal parece no ser la más apropiada, por lo que la pretensión del MBA tiende a verse como una solución explicativa a los fenómenos emergentes. En este sentido es  como Waldherr & Wettstein (2019) apoyándose en Epstein (2006) sostienen que el MBA puede servir tanto para deconstruir fenómenos sociales e identificar los procesos individuales que subyacen, como para extrapolar los efectos individuales al nivel social para observar los efectos emergentes en un entorno virtual. En la misma dirección Squazzoni (2012, pág. 14) sostiene que permite abordar el modelo de interacción social como un problema de abstracción y escalas, más que como un problema de niveles categóricos en el que un nivel tiene primacía sobre el otro.  Sin embargo, aun siendo correctos estos argumentos, persisten limitaciones. Los modelos en sí mismos son formas representacionales abstraídas de interpretaciones y supuestos que son generalizados a los individuos, la modelación exige simplificación y entre más simplificación, más distanciamiento de la complejidad real. Los fenómenos emergentes no son una agregación de las conductas individuales, este es un presupuesto bastante convincente por la evidencia; aun así, el MBA no puede capturar todas las variables que inciden en la configuración de los fenómenos macrosociales. Esta limitación da lugar a resultados sorpresivos que se desmarcan de las aparentes predicciones del modelado. La lógica de la agregación que conduce a los fenómenos macrosociales puede resultar desconcertante para la comunidad científica más tradicional por la sensación de un proceso de caja negra.

El ajuste del modelo a los datos empíricos en el MBA depura y acerca la teoría a los datos que, según Timothy, Palada, Griffin, & Neal (2019) es una ventaja que “permite al investigador cuantificar el grado en que las predicciones del modelo corresponden a los datos empíricos.” Del mismo modo la validez externa que describen Waldherr & Wettstein (2019, pág. 3989) en la que se comparan  los datos con el modelo, es un ejercicio necesario y propio de la ciencia, que no debería ser visto como una debilidad del modelo, pues de entrada un modelo es lo que es y no es la realidad, y por el contrario acercar el modelo a través de ajustes derivados de los datos empíricos es muestra de lo sofisticado y práctico que puede llegar a ser el MBA. La mediación entre teoría y datos a través del modelado puede interpretarse como que el MBA no es más que un instrumento de verificación de las teorías, el que no tendría así que comprenderse como algo independiente en sí mismo. Si la base de configuración de supuestos y reglas del modelo son las teorías ya bien establecidas, la dimensión del MBA es un instrumento de verificación teórica y nada más.

A diferencia de lo anterior, sí es problemático el MBA cuando se considera que su objetivo es predictivo, pues este criterio de demarcación es demasiado fuerte para las ciencias sociales. El modelado es una simplificación y por tanto siempre va a ser hipotético y probabilístico, más cuando los fenómenos a explicar y predecir son complejos. El ejercicio sugerido por Railsback & Grimm (2012, pp. 302-306) citado por Waldherr & Wettstein (2019) de la variación de parámetros irrelevantes de manera iterativa como prueba de robustez, conducente a evaluar la calidad predictiva, pone en cuestión cualquier modelo en el que variables insignificantes tengan efectos determinantes. La debilidad general del modelado orientado a la predicción, es justamente que no se tiene certeza de que todas las variables insignificantes puedan tener un efecto menor. Las predicciones tienen un riesgo que es inherente, más si se trata de un ejercicio derivado de un modelo. Si se aplica tal procedimiento para evaluar la robustez ¿estamos con precisión en el ámbito de la predicción? El direccionamiento a futuro característico de una predicción desde la perspectiva de los modelos en ciencias sociales resulta más condicional y prescriptivo para la realidad y no descriptivo y explicativo de la realidad. El problema normativista que subyace al dictado reiterativo de nuevas reglas y condiciones, así estas estén basadas en datos, lo que muestra es la necesidad de revisar permanentemente el potencial del modelo, desplazándolo de un carácter normativo hacia instancias con mayor valor descriptivo y explicativo, en lugar de hacia una predicción.

La predicción y la validez de los modelos son los principales aspectos sobre los que normalmente se dirigen las críticas, como bien argumenta Epstein (2008), sin embargo creo que la predicción debe comprenderse desde una perspectiva diferencial en fenómenos sociales y en fenómenos naturales y esto porque la variabilidad de las características humanas hace a estos fenómenos complejos, cosa que en los naturales, sin ser simples, metodológicamente se atienen más a lo observable y no tanto a las instancias teóricas como en los sociales. No significa lo mismo predecir en fenómenos naturales que en sociales. Por otro lado, y atendiendo a Popper (1973, pág. 158) la exigencia de que las descripciones sociales deberían incluir, y acá lo hago extensivo a los modelos, el estado mental e incluso físico de todos los implicados, resulta excesivo. Sin embargo, detrás de esta exigencia está la consciencia de que, variables insignificantes pueden llegar a incidir significativamente en los resultados, por tanto, debería considerarse todo desde el inicio, si se pretende la predicción en sentido fuerte. Pero es claro que esta demanda no es razonable, pero tampoco es infundada cuando se aduce la predicción como objetivo en el MBA.

Sostienen Waldherr & Wettstein (2019) que “la validez de las simulaciones es un problema no solo en la ciencia de la comunicación, ha sido el foco de discusión durante años en diversas disciplinas que aplican ABM” (pág. 3986). Los procesos de validación interna y externa, así como la fiabilidad, demuestran el trabajo adicional de justificación que el MBA requiere. Parece que la tarea del investigador ya no se remite solamente a demostrar empíricamente sus hallazgos, sino gran parte del trabajo consiste en defender la metodología empleada para que una vez validada esta se transfiera a los resultados. Esta práctica que puede ser más común en metodologías que son percibidas escépticamente por la comunidad científica, sirve para ilustrar dos aspectos: primero, hay una consciencia de los límites entre las explicaciones planteadas con un modelo de simulación, su relación con la teoría empleada, los datos empíricos y su carácter predictivo; por otro lado, la necesidad adicional de justificar y validar además de los resultados, la metodología misma, a diferencia de otras metodologías cuya validez no es tan cuestionada.

Desde el punto de vista de la ciencia de la comunicación computacional los problemas son los mismos, inclusive se puede considerar una mayor dificultad si atendemos que en materia de comunicación, estructuralmente hablando se tienen que hacer unos presupuestos aun mayores. Un ejemplo de esto lo precisa Raymond Coll (2011, pág. 11) y es que en un acto de comunicación al menos nos topamos con 2 eventos, tres informaciones y dos significados. El evento 1 de observar lo real, el evento 2 de informar a través de un código. El significado 1 que le da el emisor a lo que ha observado en el evento 1 y que se transmite con la información 2 en el evento 2, suponiendo que el código sea aplicado de igual manera, así mismo el significado 2 que interpreta el receptor con sus conocimientos previos y la información 3 en que reconstruye el receptor. Del mismo modo puede argumentarse desde la perspectiva de John Searle (1990) y (1992) quien tipifica los actos de habla y la intencionalidad como direccionamiento mental cuando los ejecutamos. Para un modelador de agentes bastará responder e insistir en que aún así, estas condiciones y variables se pueden atribuir a los agentes en un modelo.

Lo cierto es que siempre que se sobredimensiona una metodología dentro de las ciencias sociales, recaerán sobre esta unas miradas más incisivas que en otras más mesuradas. El caso parece ser el de el MBA, porque las reiterativas argumentaciones alrededor de su validez y su capacidad predictiva en la literatura son muestras de las limitaciones y criticas que desencadenan tales argumentaciones.

Trabajos citados

Colle, R. (2011). El análisis de contenido de las comunicaciones. Tenerife : Revista Latina de Comunicación Social.

Epstein, J. (2006). Generative social science. Princeton: Princeton University Press.

Epstein, J. (2008). Why model? Journal of Artificial Societies and Social Simulation vol. 11, no. 4 12, 11(4), 12.

Popper, K. (1973). La miseria del historicismo. Madrid: Alianza.

Searle, J. (1990). Actos de habla. Madrid: Cátedra.

Searle, J. (1992). Intencionalidad. Madrid: Taurus.

Squazzoni, F. (2012). Agent-based computational sociology. Chichester: Wiley.

Timothy, B., Palada, H., Griffin, M., & Neal, A. (2019). An Integrated Approach to testing dynamic, multilevel theory: useing computational models to connect theory, model and data. Organizational research methods, xx(x), 1-34. doi:10.1177/1094428119881209

Waldherr, A., & Wettstein, M. (2019). Bridging the Gaps: Using Agent-Based Modeling to Reconcile Data and Theory in Computational Communication Science. International Journal of Communication(13), 3976–3999.