Una de las grandes riquezas que tienen los estudios del discurso es la multiplicidad de metodologías con las que se cuenta y la casi infinita posibilidad de mezclarlas. Como sucede con múltiples propuestas para aproximarse al análisis del discurso —por ejemplo con la propuesta crítica de Norman Fairclough—, los mejores resultados se obtienen cuando se estudia el discurso como un fenómeno con múltiples capas de complejidad: la pura organización interna de los textos, su existencia en contextos amplios, las capacidades e intenciones comunicativas de los sujetos, la constitución de realidades sociales, la circulación de los discursos en las tensiones del poder, etc. Así, el análisis de corpus, aunque se centra más que todo en las cualidades internas de los textos y carece de una capacidad explicativa suficiente para dar cuenta de cualidades semánticas más complejas, es una herramienta útil y tiene sus propias ventajas. La más importante, y como lo afirma el texto de Thornbury, es su potencial comparativo y estadístico. Por ejemplo, poder ver el lugar relativo de la aparición de ciertas palabras clave en los textos de un corpus permite hacerse ideas generales acerca de la constitución de una narrativa. Tales ideas generales, a su vez, permiten, por ejemplo, luego de un mayor refinamiento, establecer frames conceptuales, scripts, o espacios mentales comunes entre los sujetos estudiados.
Creo que el análisis de corpus es muy versátil, ofrece un horizonte investigativo que no ha sido explorado en su totalidad. Como ejemplo quisiera mencionar algo que he estado estudiando en una clase electiva ofrecida por la maestría en biología y que estoy tomando en este momento. Así como en análisis de corpus aplicado al discurso se estudian relaciones sintácticas en los textos, en ecología se pueden estudiar las estructuras informacionales de la comunicación de distintas especies animales. En el caso de los pájaros se ha descubierto que cantan con patrones que comparten cualidades con el lenguaje humano. Especialmente la capacidad de hacer referencias indéxicas dentro de sus “frases”. Estas referencias pierden fuerza en la medida en la que el referente se aleja de la referencia en la secuencia del canto. Como consecuencia, el canto de los pájaros sigue una ley de potencia similar a la que sigue el lenguaje humano. Así, a través de modelados matemáticos y computacionales, se puede ver que la comunicación animal es un sistema complejo. Este tipo de aproximaciones podrían extrapolarse al análisis del discurso para pensarlo y observarlo como un sistema que exhibe propiedades emergentes que lo integran a un contexto ecológico que puede ser estudiado con herramientas similares a las de las ciencias naturales.
En cuanto a mi proyecto de investigación particular, el análisis de corpus puede resultar útil para encontrar aspectos narrativos comunes en los relatos que se observan en los textos académicos acerca de la historia de las humanidades digitales. Sin embargo, la producción no es tan amplia como para obtener los resultados significativos acerca de los que advierte Thornbury. Como mencioné antes, un estudio exploratorio por el estilo podría servir si se complementa con otras formas de análisis que den cuenta de significados más detallados.