Taller 12. Cesar Juragaro

Taller Nro. 12

Cesar Juragaro

Introducir el texto que analicé y la red semántica que visualicé.

Mito y ética:

Una lectura del pensamiento mítico de los Uitoto y Muinane* Franklin Giovanni Púa Mora** Resumen El propósito de este artículo es estudiar la relación entre mito y ética a la luz de una pesquisa hecha sobre la mitología UitotoMuinane, una de las más importantes de la región amazónica. El núcleo de reflexión en este punto está dado en términos de que en el pensamiento de esta cultura ancestral, se puede encontrar una preocupación ética importante manifestada en una normatividad presente en su forma de pensamiento permeada por el mito. Para fundamentar dicha idea se indaga acerca del poder fundamentador de la palabra, que se precisa para la alianza como medio para racionalizar las oposiciones, esto es palpable en lo que se refiere a la confrontación dialéctica entre hombres y animales. Emerge entonces la figura mítica del «dueño» como la representación de la fuerza que lleva consigo cada especie. Tenemos entonces que el intercambio con * Artículo adscrito al área de Pensamiento Amerindio de la línea de investigación sobre Filosofía Latinoamericana. Facultad de Filosofía Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá. ** Filósofo de la Universidad Nacional de Colombia. Magíster en Pensamiento Filosófico Latinoamericano por la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba. Docente y coordinador de Investigaciones de la Facultad de Filos ofía de la Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá. Realizador del programa Voces Milenarias de la Emisora de la Universidad Nacional u.n. Radio. Contacto: franklinpua@gmail.com 116 Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá • Facultades de Filosofía y Teología Franklin Giovanni Púa Mora los «dueños» es un punto importante dentro de lo que hemos venido a llamar «ética amerindia». Adicional a esto y como aporte teórico al respecto se han logrado identificar tres elementos básicos en lo referido al mito en su faceta normativa: exceso, castigo y equilibrio. Todo lo anterior muestra una concepción antropológica muy interesante; el hombre, lejos de ser esencial y dogmáticamente superior a su entorno, se considera como parte de un conjunto cósmico en donde todos los elementos, mediante sus acciones, conservan la tendencia hacia una relación de equilibrio dinámico. Palabras clave Mito, ética, indígenas Uitoto y Muinane, pensamiento amerindio, ética amerindia. Myth and Ethics: An Interpretation of the Mythical Thought of the Uitoto and Muinane Abstract The intention of this article is to study the relationship between myth and ethics as a result of a research in Uitoto-Muinane mythology, one of most important mythologies of the Amazonian region. The nucleus of this reflection is the ethical preoccupation in the thought of this ancestral culture shown in its normativity permeated by the myth. The underlying power of the word is investigated, from the understanding that this power is needed for the covenant or alliance as a means to rationalize oppositions, mainly in the dialectic confrontation between men and animals. Given that the the “Owner” is the mythical representation of the force of each species, the interchange with the “Owners” is an important point of the so called “Amerindian Ethics”. In addition and as a theoretical contribution, three basic elements are identified in reference to myth in its normative aspect: 117 franciscanum • volumen lii • N. o 154 • julio-diciembre de 2010 mito y ética: una lectura del pensamiento mítico… excess, punishment and equilibrium. The research shows a very interesting anthropological conception: man, far from being essentially and dogmatically superior to his surroundings, considers himself part of a cosmic ensemble where all the elements, through his actions, conserve the tendency towards a relation of dynamic equilibrium. Keywords Myth, Ethics, Uitoto and Muinane natives, Amerindian Thought, Amerindian Ethics. «El Padre sentado entre el Silencio Maduraba silencios. Aún no se inventaba el trueno Ni el murmullo del viento entre las hojas […] ¿Con quién podría hablar un dios? Entonces vio su sombra. Estaba allí sentada. Se inventó la palabra y el eco respondió (El eco que es la sombra del sonido). –Ya tengo compañero– Dijo el Padre». […] (“La sombra del dios”1 ) 1. Los pueblos Uitoto y Muinane Dentro de la enorme belleza y diversidad biológica presentes en la Amazonia colombiana, se resalta, con igual esplendor y brillo, la extensa potencialidad humanística y cultural representada en los pueblos que habitan el impactante «pulmón del mundo». Por lo tanto, la región amazónica significa no sólo una importante reserva natural de la biosfera del planeta, sino también, un depósito invaluable de tradiciones, costumbres, sistemas de representaciones, visiones del mundo, en fin, de las manifestaciones que hacen de los individuos aquello que realmente son, esto es, seres humanos. 1 Fernando Urbina Rangel, Poemas: Antología (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2003), 61. 118 Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá • Facultades de Filosofía y Teología Franklin Giovanni Púa Mora Dentro de la numerosa gama de etnias presentes en dicho territorio, queremos resaltar al pueblo Uitoto2 , cuyo pensamiento expresado mediante sus grandes sabedores y forma de vida en general, es muestra y efecto de una importante raigambre de saber manifestada en el lenguaje del pensamiento mítico. El término «Uitoto» proviene al parecer de la voz «Itoto» de origen caribe, la cual era utilizada para nombrar grupos rivales, su significación más literal estaría dada por las expresiones «esclavo» o «enemigo», y eso eran para antiguos grupos de filiación caribe, los cuales en sus grandes luchas capturaban a los antepasados de los Uitoto actuales, canjeándolos con los conquistadores. Varios estudiosos han preferido utilizar el término «MuruiMuinane» para nombrar al grupo en cuestión, pero se debe tener en cuenta que los Muinane son un pueblo diferenciado y perteneciente a otra familia lingüística que no es la Uitoto y se denomina Muinane-bora. El apelativo Murui-Muinane guarda relación con la distinción geográfica oriente-occidente; esto tiene su explicación ya que en tiempos pasados, cuando un clan de esta etnia llamaba a un «baile», los visitantes que provenían de «arriba» –cabeceras de los ríos– se denominaban Murui, mientras que los de «abajo» –recorrido inferior del río– eran los Muina o Muinani; esto, teniendo en cuenta que en el Amazonas los ríos corren de occidente a oriente. 1.1 Ubicación geográfica y población Las personas pertenecientes a los linajes Uitoto habitan la región del bajo Caquetá-Putumayo; dicho territorio está comprendido entre estos ríos, delimitándose al occidente por el río Caguán –afluente del Caquetá– y el Caucayá, –que desemboca en el Putumayo– y al 2 Se prefiere la utilización del término “Uitoto” en este trabajo, frente a “Huitoto” o “Witoto”, por ser el aceptado por los estudiosos del área. 119 franciscanum • volumen lii • N. o 154 • julio-diciembre de 2010 mito y ética: una lectura del pensamiento mítico… oriente por el Brasil. Esta franja se encuentra en su mayoría dentro del departamento del Amazonas colombiano. Los Muinane –más correctamente muinani3 : gente de muina– han habitado tradicionalmente las sabanas del río Cahuinarí, aunque también se han dispersado debido sobre todo a la intervención nefasta de los caucheros desde principios de siglo. La población que propiamente se puede considerar Uitoto bordea las 6200 personas; los Muinane son un grupo mucho más pequeño calculándose en algo más de 500 sus integrantes, sin dejar de lado los lazos con otros grupos relacionados: Ocaina, Nonuya, Andoque, Bora, Miraña4 . Es conveniente anotar también que la familia lingüística «Uitoto» comprende cuatro dialectos básicos: búe, mika, minika y nipode; los Muinane, como ya se dijo, pertenecen a la familia lingüística Muinane-bora. El intercambio cultural milenario y la proximidad ancestral de Uitotos y Muinanes hacen que los tomemos como una unidad de estudio en el presente texto. 1.2 Rasgos generales El sistema económico de estos pueblos está basado en dos fuentes alimentarias: el binomio caza-pesca y la agricultura de roza y quema. La diversidad del medio en el que se desenvuelven estos pueblos se refleja en sus actividades generales y su dieta; son variados los productos que se obtienen de la tierra –ñame, maní, frutas, ají, etc.– pero sobresalen tres por su destacadísimo papel dentro de la vida de estas gentes, ellos son el tabaco, la yuca y la coca. 3 Inexistente en castellano, la vocal i corresponde a una i nasal. 4 Proyecto de fortalecimiento del Sistema de Información Etnias de Colombia (siec) y asesoría legal a indígenas víctimas de violaciones de Derechos Humanos. www.etniasdecolombia.org/indigenas/ Uitoto/. 120 Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá • Facultades de Filosofía y Teología Franklin Giovanni Púa Mora El tabaco es la base de preparación para el ambil –producto en forma semilíquida– el cual es un importante elemento de cohesión entre los individuos de un linaje, su consumo se da dentro de un ambiente de solidaridad y uniformidad de deseos entre los consumidores. En la mítica Uitoto y Muinane es frecuente la utilización del ambil por parte de los personajes culturales con miras a encontrar la solución a las dificultades que se les presentan. La yuca es el alimento paradigmático, de allí se sacan varios subproductos entre los que sobresalen el casabe, especie de torta, alimento primordial en la dieta de estos pueblos; es de recordar que la yuca manifiesta de alguna manera el papel femenino dentro de la vida del grupo; la mujer, al transformar los alimentos y cuidar los niños, se concibe como la base firme de la cotidianidad, sobre la cual reposa el hombre para iniciar su despliegue de saber en el ámbito del mambeadero o espacio ritual. La coca es la posibilitadora de la palabra; diariamente en el mambeadero –donde se mambea o engulle el producto convenientemente preparado luego de ser tostado, pilado y cernido– el sabedor ejecuta el ritual cotidiano en donde emerge la palabra unificadora bajo el dominio ilímite de la noche y la protección segura de la maloca o casa comunal. Allí se escucha la tradición, la palabra fuerte o rafue, que se convertirá en praxis en el día, durante el trabajo laborioso. De otro lado, el baile se presenta como el lugar propicio para demostrar la sabiduría propia. El dueño de la maloca es, por lo general, también «dueño de fiestas», eventos especiales que se enmarcan dentro del ciclo ritual de conocimiento de los sabedores. Ellos, al llamar a un baile deben estar seguros de conocer todo lo concerniente a él, sus íconos, y sobre todo su palabra –rafue– tradicional que han heredado de sus mayores. El baile es una confrontación de conocimientos, los invitados, además de presentes llevan adivinanzas acerca del tema específico del ritual, las cuales deben ser desentrañadas por el sabedor, so riesgo de mostrar 121 franciscanum • volumen lii • N. o 154 • julio-diciembre de 2010 mito y ética: una lectura del pensamiento mítico… debilidad y falta de conocimiento, lo que acarrearía el encuentro de un punto de mira para la entrada de elementos negativos que desintegrarían al grupo y propiciarían las enfermedades y la envidia a su interior. La maloca es mucho más que un simple lugar de vivienda, se constituye en el «eje de la vida ceremonial y ritual»5 , es el «lugar de todos los encuentros»6 . Al construir una nueva maloca se recurre al sabedor, pues esta tarea representa a escala el movimiento cosmogónico que dio origen a lo existente. La maloca simboliza el cuerpo de la Madre primigenia, de cuya fuerza se gestó el Padre y finalmente el Hijo, el demiurgo que mediante la palabra va creando al mundo y lo va poniendo en obra, de la misma manera que el sabedor pone en práctica el conocimiento milenario colocándolo en acciones que mantengan la fortaleza del grupo basada en la tradición ancestral, este es el poder de la palabra mítica. 2. La mitología Uitoto y Muinane Enmarcada dentro del formidable conjunto de la mitología amazónica, se presenta la mitología Uitoto y Muinane como una rica fuente de estudio digna de la comunidad que la sustenta mediante sus grandes sabedores, –los cuales, desafortunadamente cada vez son menos– que preservan su tradición como parte fundamental de la vida individual, familiar y grupal, además de ser una defensa ante los avatares de la existencia. Al inicio del interesante relato de Juvenal Flaviano Castilla indígena hablante del dialecto búe, se puede encontrar lo siguiente: “Para andar bien llevo una fe: respeto de las tradiciones. Estas tradiciones me las dejó mi papá. Como una sabiduría que él me dejó; con eso ando por librarme de todo mal, de todo peligro”7 . 5 Roberto Pineda Camacho, “Witoto”, en Introducción a la Colombia Amerindia (Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología, 1987), 158. 6 Fernando Urbina Rangel, Amazonia: naturaleza y cultura (Bogotá: Banco de Occidente, 1986), 178. 7 Fernando Urbina Rangel, “Notas sobre un relato de curanderismo de la Gente de Murui”, en Boletín del Instituto de Antropología (Medellín), Vol. 6, N.° 21, (1987): 162. 122 Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá • Facultades de Filosofía y Teología Franklin Giovanni Púa Mora El mito es la palabra de antigua, la palabra que habla del origen, que narra las historias de los héroes primordiales, de los personajes que van imprimiendo al mundo un orden o cosmos que lo sacan del caos en el que se hallaba antes de todo lo existente. Pero el mito, a pesar de referirnos aquello que ocurre en un tiempo primordial, lejano –Mircea Eliade diría in illo tempore– es copresente, actualizable al aquí y al ahora mediante la palabra encerrada en la tradición milenaria y en el camino sobrecogedor del rito8 . En Occidente, la sociedad triunfante ha mirado con desprecio a otras formas de saber diferentes a las de su racionalidad misma que, a pesar de que prodiga importantes avances para el vivir, corta a otros ámbitos de la experiencia humana, sin percatarse del aporte que se puede obtener por otras vías de acceso al saber que no son necesariamente las suyas; es la idea de la praecisio mundi heredada del positivismo que menciona el filósofo alemán Wolfgang Janke9 , en contraposición a la praecultio mundi de la palabra originaria y profunda, enarbolada entre otros por los románticos del xix. Además: ¿qué mejor prueba para una cosmovisión que el choque con otras, lo que le obliga a mirar críticamente sus propias bases? La sistematización hecha de los elementos de la realidad por parte del pensamiento occidental es una muy buena y efectiva organización de ideas, pero en ocasiones olvida esferas humanas que hacen más llevadero el existir en el mundo, pues aleja a lo religioso de la vida cotidiana, hace a un lado el mito por estar «plagado de contradicciones», aborda a lo poético como la creación aislada de individuos alejados de la vivencia corriente, restringe lo artístico a las cuatro paredes de una galería o un auditorio musical ¿por qué no auscultar en otras maneras de ver el mundo la forma de acercar las creaciones humanas a los sujetos que las gestan? O, en otros términos, pero con el mismo espíritu: ¿cómo buscar elementos que permitan pasar de una praecisio a una praecultio mundi? 8 Cf. Mircea Eliade, Mito y realidad (Barcelona: Editorial Labor, 1992). 9 Cf. Wolfgang Janke, Post-ontología (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 1998). 123 franciscanum • volumen lii • N. o 154 • julio-diciembre de 2010 mito y ética: una lectura del pensamiento mítico… El pensamiento amerindio en general se halla inmerso dentro de una enorme riqueza propia que nos permite encontrar, al estudiar un poco, importantes elementos cargados de saber, incluso de los elementos que permiten el debate de ciertas cuestiones de las que hemos denominado «filosóficas». Este artículo no pretende profundizar en metafísica o teoría del conocimiento, a pesar de que el saber –y sobre todo el amerindio– es un todo consistente, nuestro interés está centrado en la ética, veamos qué podemos encontrar al respecto en el caso de la mitología Uitoto y Muinane. 3. La ética dentro de la mitología Uitoto y Muinane En este momento, nos disponemos a indagar en el corpus mítico Uitoto y Muinane con miras al encuentro y abordaje de elementos éticos allí presentes; este interés no está muy lejos del presentado por el antropólogo Paul Radin en lo que respecta a los winnébago de América del Norte10, pues se pretende mostrar que lejos de ser el pensamiento amerindio una inconsistencia por excelencia, se puede ver allí una formulación normativa en lo que se refiere a las relaciones entre los humanos y el cuidado del entorno natural tomadas estas dos esferas como un conjunto integral y consistente. Se han consultado dos fuentes básicas: la excelente versión de la recopilación de mitos, cantos y tradiciones de los Uitoto hecha por Konrad Theodor Preuss a principios del siglo xx y cuya versión uitotoespañol fue publicada por la Universidad Nacional de Colombia en la última década del siglo pasado11 y, de otra parte, los relatos míticos recogidos por el profesor Fernando Urbina Rangel en el Núcleo de Estudios Uitoto y Muinane de la Universidad Nacional12. 10 Cf. Paul Radin, El hombre primitivo como filósofo (Buenos Aires: Eudeba, 1964). 11 Konrad Theodor Preuss, Religión y mitología de los Uitotos. Dos volúmenes (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Colcultura, coa, 1994). 12 El núcleo de estudios es la base de las lecturas sobre pensamiento amerindio, base de los cursos de pensamiento indígena dictados en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia entre 2004 y 2006. 124 Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá • Facultades de Filosofía y Teología Franklin Giovanni Púa Mora 3.1 La palabra como fundamento La palabra ha sido una inquietud constante desde tiempos antiguos para aquellos que reflexionan sobre las potencialidades humanas, es de recordar cómo Platón presenta el importante debate sobre la relación entre el nombre y la esencia en su magistral diálogo El Crátilo13. Este apasionante tema adquiere un cariz trascendental en lo que a las comunidades amerindias se refiere, es de anotar cómo, en la que puede ser una de las cosmogonías indígenas más conocidas, la presentada por el Popol Wuj, el origen de lo existente guarda estrecha relación con la palabra y la consulta entre las deidades formadoras: Solamente estaba el Señor y Creador, K`ucumatz, Madre y Padre de todo lo que hay en el agua, llamado también Corazón del Cielo, porque está en él y en él reside. Vino su palabra acompañada de los Señores Tepew y K`ucumatz y, confiriendo, consultando y teniendo consejo entre sí en medio de aquella obscuridad, se crearon todas las criaturas14. Entre los pueblos Uitoto y Muinane tal relación se mantiene; en la palabra, además de la esencia, se puede encontrar “origen”, esto alude de alguna manera a su función, pues la palabra actualiza y retrotrae a lo ausente haciéndolo presente. En el mito cosmogónico recopilado por Preuss, se muestra cómo Rafuema –dueño de la palabra– buscó dentro de sí mismo y dio origen a la existencia de los Uitotos: …y entonces creó la historia de nuestra existencia y los preceptos para nuestra vida sobre la tierra15. De allí se formaron la selva, los árboles y la palma de cananguche, luego se crearon los animales, los micos churucos, los tentes, etc. La cuestión se evidencia aún más en otro relato mítico de los Uitotos y Muinanes, el mito de Añiraima –el hijo– en donde se muestra cómo el Padre mediante la palabra enseña al Hijo, quien al recibir 13 Platón, Crátilo. Trad. de J. Zaranka (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1983). 14 Popol Wuj, antiguas historias de los indios quichés de Guatemala. Versión de Albertina Saravia (México: Editorial Porrúa, 1984), 6. 15 Konrad Theodor Preuss, op. cit., 21. 125 franciscanum • volumen lii • N. o 154 • julio-diciembre de 2010 mito y ética: una lectura del pensamiento mítico… esa tradición obtendrá el poder para originar el mundo, para hacer obra todo lo nombrado, ya que es esa la palabra verdadera –rafue– la que se pone en práctica. Para el Hijo no es fácil recibir la voz del Padre, entonces éste le dice: Nada es imposible, todo lo que quiera hacer uno lo hace, ¿por qué lo digo?, porque usted únicamente es la guía y yo soy la palabra. Para el hombre no es trabajoso queriéndolo hacer; lo hace y yo estaré con usted16. Pero el Hijo se desespera, los malos espíritus le aconsejan con intención perversa, al no ver las cosas que se nombran se impacienta y cree ya saber más que el Padre; entonces éste último lo abandona a su suerte propiciando su enfermedad. Es ahí cuando entra en juego la Madre, el ser primigenio, la engendradora, anterior al Padre, la cual le reclama por el abandono del Hijo: Por mí tú vives. Un hombre no es capaz de vivir solo, pero yo soy la que te ha alimentado y tú no podrías vivir, ni tendrías conocimiento ni sabiduría. Yo te enseñé para que tú enseñaras al Hijo y tú lo has negado. Son cosas que jamás se borrarán en el mundo17. De esta manera, Añiraima se recupera y fortalece para emprender su tarea de demiurgo hacedor; su instrumento es la palabra manifestada, la cual al palparse va a constituir el mundo. Estos hechos, preservados por la palabra de antigua-mito- se hacen presentes en la noche, en el ámbito comunal del mambeadero, lugar sagrado de la maloca, donde los hombres se reúnen bajo el manto de la sabiduría del dueño de la maloca que oficia como dueño de las palabras; allí se cuenta el relato perteneciente a la tradición y se dan las instrucciones que serán ejecutadas en el día; pues es preciso tener en cuenta que sólo la palabra que se palpa en la praxis es verdadera y fuerte, de lo contrario, la palabra incompleta o no puesta en hechos es negativa –iigai– fallida, no concretada18. 16 Fernando Urbina Rangel, Lectura sobre pensamiento amerindio N.° 20: El Mito de Añiraima (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2004), 16. 17 Ibíd., 18. 18 Acerca del ritual del mambeadero ver: Fernando Urbina Rangel, Las hojas del poder (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1992), 29 y ss. 126 Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá • Facultades de Filosofía y Teología Franklin Giovanni Púa Mora En la actualidad, la pregunta por el lenguaje es fundamental; la preocupación de la filosofía de hoy en torno al lenguaje marca la contemporaneidad del hecho filosófico. No sólo por el trabajo de muchos pensadores anglosajones de la escuela analítica, sino también –algo importante– por el realce que se hace de un sujeto que se interrelaciona con los demás mediante su capacidad como interlocutor. Victoria Camps19 nos recuerda que escuelas con un eco visiblemente moderno, como las representadas por Rawls y la ética comunicativa, proponen para sus desarrollos la idea ya no de un sujeto trascendental sino, más bien, la confluencia de sujetos mediados por el lenguaje. Es a estos sujetos, con su diversidad y problemática inherente, a los que debemos tener en cuenta para poder brindar un aporte en lo que se refiere a las importantes inquietudes referidas a la ética en nuestros días. Pues bien, en el pensamiento amerindio la palabra posee una fuerza primordial, es indudable la importancia que acarrea ella para la concepción ética de los individuos que conforman dichas comunidades aborígenes; los cuales se encuentran en la palabra «fuerte» la base firme para la vida diaria, propiciando una actitud de diálogo ante los «oponentes» naturales, como veremos adelante. 3.2 El sabedor y la alianza Siguiendo las ideas del antropólogo Paul Radin, nos percatamos de que es en un tipo determinado de individuos en donde recaen los elementos más importantes y profundos de una cultura deter

Qué co-ocurrencias son las frecuentes?

Entre las palabras co-ocurrencias son las frecuentes en Bogotá, es la utilización de la palabra “ética”.

Qué palabras son centrales en la red?

Las palabras centrales en la red, es la palabra: discurso mítico.

Con base a la centralidad de éstas palabras y la frecuencia de las co-ocurrencias observadas, que pueden decir del texto o textos?

La intención de este artículo es indicarla relación entre mito y ética a la luz de una pesquisa hecha sobre la mitología Uitoto- Muinane, una de las más importantes de la región amazónica. El núcleo de reflexión en este punto está dado en términos de que en el pensamiento de esta cultura ancestral, se puede encontrar una preocupación ética importante manifestada en una normatividad presente en su forma de pensamiento permeada por el mito. Para fundamentar dicha idea se indaga acerca del poder fundamentador de la palabra, que se precisa para la alianza como medio para racionalizar las oposiciones, esto es palpable en lo que se refiere a la confrontación dialéctica entre hombres y animales. Emerge entonces la figura mítica del «dueño» como la representación de la fuerza que lleva consigo cada especie. Tenemos entonces que el intercambio con los «dueños» es un punto importante dentro de lo que hemos venido a llamar «ética amerindia». Adicional a esto y como aporte teórico al respecto se han logrado identificar tres elementos básicos en lo referido al mito en su faceta normativa: exceso, castigo y equilibrio. Todo lo anterior muestra una concepción antropológica muy interesante; el hombre, lejos de ser esencial y dogmáticamente superior a su entorno, se considera como parte de un conjunto cósmico en donde todos los elementos, mediante sus acciones, conservan la tendencia hacia una relación de equilibrio dinámico.

Qué relaciones creen que podrían explorar de forma cualitativa para entender las relaciones identificadas en el análisis de  red semántica?

El análisis de las redes semánticas, se puede entender como una técnica de carácter mixto  puesto que puede analizarse desde un punto de vista cuantitativo, cualitativo o complementando ambas miradas.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.