Nuestra comprensión de la experiencia está mediada por el lenguaje y por nuestro lugar de enunciación. Las comisiones de la verdad son instituciones que utilizan las narrativas testimoniales como uno de los principales medios para buscar la verdad y la justicia tras la violencia causada por el conflicto armado. Dichas narrativas testimoniales, además de tender puentes entre los actos concretos de violencia y el conocimiento sobre ellos, hacen posible la emergencia de nuevos actores sociales (humanos y no humanos) con capacidad de sentir y construir memorias de la guerra. Los debates en torno al reconocimiento constituyen un marco teórico-crítico útil para analizar las transformaciones socioambientales causadas por el conflicto armado en Colombia. Pocos han sido los intentos de aplicar el concepto de reconocimiento en la justicia transicional para dar cuenta de las vidas no-humanas en la construcción de las memorias de la guerra. El intento de inscribir el reconocimiento en el discurso posthumano está relacionado con la crítica de lo que Nancy Fraser llama el marco keynsiano-westfaliano de la justicia, que se ha preocupado únicamente de las relaciones entre conciudadanos y las jerarquías internas del Estado. Según Fraser, en la medida en que la globalización ha ido transformando el imaginario político contemporáneo de lo que es la justicia, hay que considerar no sólo las cuestiones de primer orden del objeto y el sujeto del reconocimiento, sino también la metacuestión de cómo se enmarca el reconocimiento.
En esta investigación busco explorar el funcionamiento del concepto de reconocimiento cuando se aplica a la agencia de la naturaleza como un actor del conflicto armado en Colombia, analizando los caminos narrativos para des-antropomorfizar la justicia transicional. Este proyecto se presenta como una oportunidad para preguntarse por el dolor y el daño como una experiencia que va más allá de los seres humanos, resaltando cómo la naturaleza testimonia desde su subjetividad como ente sintiente y en correlación con los seres que la habitan. Específicamente me interesa desarrollar desde los relatos testimoniales tres conceptualizaciones mutuamente constitutivas del reconocimiento de la naturaleza como actor del conflicto armando. Estas son: (1) el reconocimiento de la vulnerabilidad y la resiliencia de los sistemas y formas de vida no humanos; (2) el reconocimiento como respeto; y (3) la mutualidad en la relación de reconocimiento.